Destacó el novillero García Pulido que realizó lo más brillante de la tarde a una novillada de Fuente Ymbro a la que le faltó empuje y entrega.
Ha sido esta tarde, la segunda novillada de la Feria de otoño, una tarde para ponerse a cavilar sobre muchos aspectos, sobre todo en lo que se refiere a contenido ya sea artístico, disposición de los novilleros, ganado, contenido, etc. y todo ello podría resumirse con un solo calificativo, tediosa.
Mucho se esperaba de la terna de novilleros que encabezaban el paseíllo pues dos de ellos habían dado sobradas muestras de su valía en anteriores comparecencias en esta plaza los toledanos, uno de Torrijos Jorge Molina que ya lo había hecho tres veces con anterioridad, otro de Castillo de Bayuela García Pulido que cumplimentaba esta tarde su tercer paseíllo en la arena venteña y el debutante zaragozano Cristiano Torres que a la postre por unas cosas u otras no pudieron ver refrendadas sus intenciones de triunfo esta tarde en Madrid.
La ganadería anunciada era también de ciertas garantías siendo esta la de la divisa verde de Fuente Ymbro propiedad de Ricardo Gallardo y que en esta ocasión trajo a Madrid una novillada aceptablemente bien presentada que adoleció de empuje y entrega, sosos, de comportamiento muy parecido todos, que humilló poco y sin muchas ganas de seguir los engaños que les ponían delante, es por eso que la tarde fue discurriendo un tanto anodina y con poco que destacar en cuanto bagaje artístico se refiere salvo algunos destellos que podrían contarse con los dedos de una mano y quizás sobrara alguno.
Es la ganadería de Fuente Ymbro, que ha lidiado en Madrid en innumerables ocasiones, una ganadería que nos va teniendo acostumbrados a que a veces nos den una de cal y otra de arena tocando esta tarde la de arena pues a excepción del sexto novillo, los demás pasaron por el ruedo sin pena ni gloria.
Difícil, muy difícil me han puesto el escribir esta crónica tanto novilleros como novillos pero para intentar no defraudar a los seguidores de Cargando la Suerte voy a hacer todo lo que esté en mi mano para no eludir mi compromiso con ustedes aunque como he titulado al principio podría decir únicamente que he pasado dos horas y cuarto en Las Ventas contribuyendo así a que la asistencia se pudiera cuantificar en algo más de media entrada en los tendidos.
A las seis en punto de la tarde y a los acordes habituales del pasodoble Plaza de las Ventas los novilleros Jorge Molina, García Pulido y Cristiano torres pisaban el ruedo para iniciar el paseíllo.
Era el novillo que abría plaza un animal muy deslucido desde el inicio, yendo a peor a medida que avanzaba su lidia y al que el torero de Torrijos Jorge Molina muleta en mano trató de sacarle algún muletazo en terrenos de cercanías pero sin nada importante que destacar pues el novillo no tenía vida ni raza alguna y por más empeño que pusiera el matador a base de conocimiento y oficio todo era en balde. Estocada trasera y caída tras recibir un aviso dieron paso a una división de opiniones por parte del respetable.
El cuarto tenía mucho de parecido con el que conformó lote, parado, soso, sin intención de tomar los engaños y así es muy complicado hacer nada lucido y eso que Jorge midió las distancias en un alarde de saber lo que había que hacer y consiguió algún muletazo de mérito con la mano derecha, por el pitón izquierdo era otro cantar y la faena fue perdiendo interés y así no puede ser nada lucido. Pinchazo y estocada de similares características a la de su primero pusieron fin a su labor tras aviso. Silencio.
Fue el otro toledano García Pulido quien hizo lo poquito destacable de la cansina tarde pues su primer novillo pareció mostrar buenas maneras cuando se hizo presente apuntando cierta calidad. Muleta en mano Pulido inició una labor con series cortas con la mano derecha pero fue con la zurda con la que dejó destellos de gran toreo con unos naturales larguísimos, lentos, templadísimos y rematados atrás que los asistentes al festejo jalearon entusiasmados aunque fueron solo un espejismo pues ahí quedó todo. Finalizó su labor con ayudados por alto para posteriormente recetar un pinchazo y estocada desprendida. Ovación unánime desde los tendidos.
El quinto pupilo de Ricardo Gallardo no iba a dejar mal a sus hermanos y fue como todos los anteriores, blandito, sin pujanza, noble pero sin más, en el último tercio Pulido se hinca de hinojos en los medios, el novilla iba y venía por inercia pero sin entrega saliendo de los muletazos buscando a alguien en los tendidos altos, en una de estas coge al novillero de fea manera pero por fortuna no hace presa, a partir de ahí el novillo decide no pasar más. Pincha dos veces el novillero antes de colocar una estocada baja de colocación. Ovación.
Cristiano Torres hacía su presentación en Madrid con una cortísima trayectoria como novillero con picadores y a fe que acusó en exceso su bisoñez y falta de preparación para acudir a una cita como esta, a una plaza como esta y formando parte de un cartel de feria como esta. Manejó con dificultad los capotes, asignatura que debe mejorar y mucho. No solo debe valer venir en novillero, hay que demostrar además cierta solvencia y no solo mostrar valor e incluso cierta temeridad y mucho menos llevar la contraria a la razón.
Inició con un pase cambiado de rodillas en el centro del ruedo la labor muletera a su primero pero ya erecto se vislumbraba falta de dominio de la situación y riesgo de percance como así ocurrió tras un trasteo de cercanías que nadie entendía, afortunadamente todo quedó en un susto y en la rotura de la taleguilla. Volvió a la cara del novillo con alardes de exposición un tanto heterodoxos que cierto sector del tendido le recriminó. Tras pinchar en varias ocasiones recibió un recado presidencial para cobrar después una estocada que acabó con el animal. Silencio.
El cierraplaza era todo un toro en apariencia que llegó al último tercio con templanza y opciones, novillo noble pero de fuerzas limitadas al que el zaragozano no sacó posiblemente el rendimiento que el animal le ofrecía transmitiendo al respetable la sensación de estar un tanto verdecito para este tipo de compromisos. Personalidad no se le puede negar, valor tampoco y descaro tampoco pero alguien le debe decir que eso en otro tipo de plazas le puede ser útil pero Madrid es Madrid y Las Ventas son Las Ventas. Dicho esto también hay que reconocer que la mejor estocada de la tarde fue la que Cristiano recetó a este novillo, tanto de ejecución como de colocación. Silencio, a descansar al hotel y a entrenar para volver de nuevo pero mejor preparado.
Y esto ha sido todo por hoy. Ah, se me olvidaba decir que presidió el festejo D. José María Fernández Egea que como los buenos árbitros pasó totalmente desapercibido limitándose únicamente a sacar al pañuelo blanco cuando debía.
Mañana más y mejor que con poco es fácil que así sea.
Crónica: Tomás Mata Mechero
Fotografía: © Alfredo Arévalo (Plaza 1)