Cargando La Suerte

Gran gesta de Emilio de Justo, que salió de la enfermería en contra del dictamen de los médicos para volver al ruedo y completar la lidia de su segundo toro, dejando en Las Ventas una lección de coraje y verdad.

Hoy voy a empezar de una forma diferente a la habitual pero es que no me puedo resistir.

Don Roberto Gómez Guillén, Presidente de la plaza del festejo de hoy, ha demostrado que no debe seguir presidiendo en la primera plaza del mundo. No se puede cometer tal tropelía como la que hoy ha cometido D. Roberto concediendo la segunda oreja a un torero que pide disculpas al público al ver donde ha quedado la espada después de ejecutar la suerte suprema que pasaportó al sexto toro de la tarde. Estamos todos de acuerdo en que, con arreglo al reglamento vigente en esta plaza, la concesión del primer apéndice es potestad del público y al haber petición mayoritaria, el ocupante del palco debe concederlo, pero la segunda oreja que implica salir por la Puerta Grande, es criterio del susodicho ocupante, criterio de aficionado acreditado y basándose sobre todo en la labor muletera del torero con ambas manos, en la perfecta ejecución de los muletazos y valorando de manera especial la ejecución y colocación de la estocada; pero si el propio matador le ayuda en la valoración pidiendo disculpas a los asistentes por su fallo por una estocada baja, pero baja de verdad, no se puede entender que saque el pañuelo blanco por segunda vez aunque el público insista en la petición de un segundo trofeo. Usted Don Roberto no es aficionado y por lo demostrado hoy es indigno de volver a ocupar el sillón que hoy ha ocupado. Todos hemos apoyado la gesta de un torero que después de sufrir una escalofriante cogida y ser traslado con urgencia a la enfermería, sea capaz de salir a hacerse cargo del segundo toro de su lote y además en la forma que lo ha hecho, pero de ahí a premiar con una Puerta Grande hay un trecho muy grande. Solo un buen aficionado debe medir al milímetro lo que hacen los profesionales en el ruedo y premiar con auténtica justicia los méritos ganados, cosa que debe hacer sin sensiblerías ni euforias, para esas cosas hay otras plazas a lo largo y ancho de nuestra geografía pero no aquí. Lo dicho, usted Don Roberto no es digno de volver a ocupar el palco de la primera plaza del mundo.

Dicho esto, vamos a entrar en materia.

Se lidiaron en el festejo de esta tarde cinco toros de la ganadería de Victoriano del Río y uno de Toros de  Cortés corrido en quinto lugar y que como todos ustedes saben son exactamente lo mismo, de buen juego en líneas generales y presentación aceptable a pesar de que algunos adolecieron de falta de remate en cuanto a lo que culata se refiere y sobresaliendo por su comportamiento el sexto, con cierta bravura segundo y tercero y manejables a la hora de trastear con ellos los lidiados en cuarto y quinto lugar.

Con casi la totalidad de los tendidos llenos, rozando el lleno total hicieron el paseíllo tres toreros que ya saben lo que es saborear las mieles del triunfo en estos lares siendo estos Emilio de Justo, Borja Jiménez y Tomás Rufo.

Abre plaza en primer lugar un toro ofensivo que enseña las palas por delante, con cuello y de buenas hechuras al que el extremeño Emilio de Justo recibe por chicuelinas de limpia ejecución para posteriormente llevarlo al caballo galleando por el mismo palo para que el animal reciba un castigo sin muchas apreturas y posteriormente quite por delantales Borja Jiménez en su turno correspondiente. En banderillas acude el animal con buen ritmo.

Comienza con doblones Emilio su labor con la franela, marcando el toro cierta tendencia a meterse por dentro y cuando el matador se dispone a dar una tanda con la mano derecha, el toro coge de forma escalofriante al diestro pasando unos momentos auténticamente dramáticos, pues el toro se ceba con el torero que incluso queda inerte en el suelo a merced del de Victoriano del Río. Es llevado urgentemente a la enfermería y todos temimos lo peor. Acaba con el toro Borja Jiménez de estocada eficaz entre el run run de los tendidos.

La corrida parecía tomar la senda de un mano a mano y se cambió el orden de lidia en los toros siguientes, pero la raza y el pundonor de Emilio de Justo le hicieron salir a hacerse cargo del segundo toro de su lote que se dejó para sexto lugar en el orden de lidia. De camino desde la puerta de la enfermaría hasta el burladero de capotes y con todos los asistentes puestos en pie, recibió el torero una ovación interminable, los corazones volvieron a retomar su ritmo normal al ver al torero de nuevo coger el capote, fue un alivio general y más cuando con una larga cambiada recibe el torero al veleto, alto y serio toro, al que le enjaretó una serie de verónicas de muchísimo mérito. El burel tiene tendencia a huir de la pelea y embestir sin fijeza.

Con la muleta sobre la mano derecha llama Emilio al toro pero sin montar la ayuda que tira al suelo el torero y somete de esta guisa, con muletazos largos que llegan pronto a los tendidos. Muletazos desmayados, de hombros descolgados, enardecen a la concurrencia doblegando las desclasadas embestidas. Traga quina el matador y la faena alcanza su punto más álgido con una serie de mano muy baja. La faena estaba hecha cuando coge la espada de acero el cacereño y ejecuta la suerte suprema recetando una estocada entera pero que no queda donde todos hubiéramos querido, el acero viajó bajo y Emilio hace gestos al tendido pidiendo perdón por el fallo. El efecto del espadazo es rápido y el público saca los pañuelos con vehemencia, vehemencia que debió cortar el del palco después de sacar el pañuelo blanco por primera vez, lo demás ya quedó dicho al principio de la crónica. Dos orejas y dos puertas para Emilio de Justo, una la de la enfermería y otra la Grande aunque a mí personalmente me hubiera gustado más que la de la enfermería no hubiera existido y la Puerta Grande sí, pero con una estocada mejor colocada.

El toro que sale en segundo lugar es el debería haber salido el tercero, cambiándose el orden toda vez que fue Borja Jiménez el que acabó con el primero por el percance sufrido por Emilio de Justo. El toro al que debe dar lidia y muerte el toledano Tomás Rufo es el toro menos rematado del encierro, acodado de pitones y que no acude al capote que le muestra el toledano de forma ideal para el lucimiento. El tercio de varas pasa como un mero trámite para posteriormente lucirse en banderillas tanto Andrés Revuelta como Fernando Sánchez.

A la muleta de Rufo acude el animal mostrando mejores embroques que finales. El diestro se empeña más en la ligazón que en los buenos trazos de los muletazos y la faena transcurre más por la cantidad que por la calidad y sin el acople adecuado para que los tendidos se metan en la faena y las opiniones empiecen a dividirse. Estocada desprendida es la que acaba con el burel que se aplaude en el arrastre mientras que para el torero las opiniones se dividen.

El cuarto toro, segundo del lote de Tomás Rufo, es basto de hechuras y amplio de sienes y tampoco permite al diestro el lucimiento con el capote además de aparentar ciertos problemas de movilidad en los cuartos traseros, defecto este que mantiene durante toda la lidia y además se le pica muy abajo y eso que el animal empuja en sus encuentros con los montados.

En el último tercio, a pesar de tener movilidad el burel, siempre pega un tornillacito a la salida de los muletazos. Tomás conoce bien esta plaza y a pesar de escoger los terrenos del cinco para desarrollar su labor, la cosa no toma vuelo, pues no llega el ajuste entre toro y torero en ningún momento. De media estocada después de pinchar en primera instancia deja Tomás listo al toro para que salga a trabajar al tiro de mulillas. Silencio.

Es el turno de Borja Jiménez para hacerse cargo del tercer toro que salta a la arena, un toro fino de hechuras con el que el sevillano de Espartinas se luce en una serie de verónicas de buena ejecución.

Empuja con fuerza y con la cara abajo el animal en el caballo para que después de pasar el tercio de los garapullos Borja se haga presente con la muleta.

Cambia por la espalda desde los medios las primeras acometidas del animal para posteriormente exigirle mucho desde el principio con muletazos de mano muy baja y mandando, llevando al toro muy atrás, que al público le hacen enardecer pero quizás, esa exigencia de principio, es la que el toro acusa y se va quedando sin fondo. Eso hace que Borja se pegue un arrimón y consiga tirar del animal llevándolo hasta donde el desfondado animal no quiere. Tiene mérito la labor del sevillano pero un poco de sitio al principio no le habría venido mal al de Victoriano del Río. Recibe un recado presidencial en forma de aviso antes de pinchar y posteriormente dejar una estocada entera desprendida. Ovación para el torero que recoge desde el tercio.

Es el toro de Toros de Cortés el que sale al ruedo venteño en quinto lugar, un toro alto y sueltecito de carnes y esqueleto grande que demuestra justeza de fuerzas ya desde la salida y que no se emplea en su encuentro con las huestes montadas y se le mide mucho con la puya.

Un tanto acelerado transcurren los primeros compases de Borja con la muleta, quiere hacer todo muy rápido pues la tarde se le estaba yendo. Lo intenta el de Espartinas por todos los medios, muletazos a pies juntos, en la corta y en la media distancia quiere llegar a los tendidos como sea y a veces se atropella la razón y eso que busca con ahínco lo mejor que el toro le pueda ofrecer que no es mucho y menos aún a medida que avanza la faena que en el fondo tiene mucho mérito aunque no llegue la transmisión deseada. Buena estocada aunque un punto tendida es la que receta Borja para acabar con el animal tras recibir un aviso. Ovación.

Mañana sábado de nuevo corrida de gran expectación con la confirmación de alternativa de Jarocho de manos de Talavante y Pablo Aguado como testigo y allí estaré para contarles lo que pase.

Ficha del Festejo:

Hierro de Victoriano del Río - EspañaHierro de Toros de Cortés - España

Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Corrida de toros. Segundo festejo de la Feria de Otoño 2025. 22.723 espectadores. Toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés (5º), bien presentados, serios y de buen juego en líneas generales. Destacaron el sexto, el bravo segundo y el tercero, aunque se vino pronto a menos. Noble el cuarto. Manejable el quinto.

• EMILIO DE JUSTO, herido y dos orejas.

• BORJA JIMÉNEZ, ovación tras aviso y ovación tras aviso.

 TOMÁS RUFO, división y silencio.

Crónica: Tomás Mata Menchero

Foto: © Alfredo Arévalo (Plaza 1)