Cargando La Suerte

El diestro David Galván obtiene tres orejas del mejor lote, en una tarde donde cayó herido Luis Miguel Vázquez en su vuelta a Daimiel. Samuel Navalón sufrió las asperezas del toro de Adolfo Martín con un lote muy complicado.

De nuevo el coso daimieleño supuso la cita con el toro más serio y ofensivo de los lidiados en la temporada de la provincia de Ciudad Real, por no extender dicha valoración al resto de la región castellano manchega. Las ilusiones se centraban hoy en la vuelta de Luis Miguel Vázquez ante sus paisanos, en el año de su reaparición, tras nueve cursos retirado, cumpliendo sus veinte años como matador de toros, como así le reconoció el alcalde y un miembro de la peña daimieleña al finalizar el paseíllo con la entrega de un recuerdo. 

La cara y la cruz de la fiesta llevaría la moneda de la tarde daimieleña, enseñando primero la cruz con el percance de Luis Miguel Vázquez tras saludar a la verónica con mucha verdad, siendo arrollado tras el remate de la media. El de Adolfo quiso prenderlo en el suelo, provocándole una lesión en el hombro que truncó las ilusiones de Vázquez y de todos los presentes. La tarde quedaba en un mano a mano entre Galván y Navalón, que corrieron distinta suerte con sus respectivos lotes de un encierro simplificado a los chispazos de calidad del tercero y la colaboradora y pasadora embestida del primero. Los demás tuvieron esas dificultades de por sí conocidas en este encaste, con los que estructurar una faena o conducir un trazo en una quimera cárdena que hace aquello imposible.

David Galván supo cosechar el grano que contuvo el trigal de su lote. El que mató por Luis Miguel Vázquez le permitió esperarlo y conducirlo. El de Adolfo pasaba por allí sin demasiado celo, pero pasaba y ofrecía cierta cadencia por momentos. Un gran espadazo despenó al gris llevando la oreja a manos del gaditano. El que hizo tercero enseñó las palas con acento cornipaso y amplio, y apareció el toro de Adolfo que buscan los toreros. El que camina en los chismes por abajo, entregando su vida hacia lo más profundo del trazo. “Aviador” hizo el avión para que Galván lo cuajara al natural. Sonó “Churumbelerías” momento en el que Rafael Zaldívar exclamaba: ¡casi ná! Y toro y torero se fundían como en Daimiel se puede fundir la voz y la guitarra de Ricardo Fernández del Moral en una fusión emocional donde la moneda de la tarde, en este caso mostró reluciente su cara. La espada no quedó en el sitio, viajando muy trasera, pero con el rápido efecto que provocaría la concesión del doble trofeo. El quinto fue duro y áspero hasta decir basta con el que abrevió, escuchando una calurosa ovación. 

Samuel Navalón, a punto de cumplir su primer año como matador de toros cargó con un lote de tres toros que a buen seguro se colocarán en los primeros puestos de los más complicados que haya tenido que lidiar durante su incipiente carrera. A su primero lo tuvo que esperar los 35 minutos que estuvo detenido el festejo, por el traslado de ambulancia de Luis Miguel Vázquez, y ya este primer oponente iba a contarle a Navalón que cuando el cárdeno de Albaserrada se pone complicado, te puede hacer pasar un trago amargo de los que pasan factura al registro mental de los toreros.

No quedaría ahí la cosa con el cuarto, que se orientó con un sentido tremendo recordando la leyenda de Daimiel con las brujas, durante los siglos XVI y XVII, las cuales eran acusadas por la Santa Inquisición por practicar la invocación del demonio; pues el de Adolfo era semejante de ellas a razón de su comportamiento. En este capítulo no estuvo del todo comprensible un sector del respetable, los cuales deberían saber interpretar aquello que dijo Rafael Guerra (el torero del ingenio): lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible.

El que cerró plaza le dejó a Navalón mostrarse algo más pero cuando las tardes se ponen a la contra se tornan imposibles, como en este caso para el joven de Ayora. Al gris le costó decidirse de verdad a embestir y disipó las mínimas opciones de triunfo. Tarde para guardar en el archivo interno de Navalón que a buen seguro le servirá para crecer y seguir adelante como uno de los toreros llamados a ser importantes en la próxima temporada.  

Crónica: Víctor Dorado Prado

Galería fotográfica: © Manuel del Moral Manzanares

Sábado 30 de agosto de 2025. Plaza de Toros de Daimiel. Mas de media entrada en tarde de calor soportable. 

Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio por el 40 aniversario de la muerte de Jose Cubero “Yiyo”

Se lidiaron toros de Adolfo Martín de seria y ofensiva presencia. Destacaron un primero pasador y un tercero que gateó con profundidad y clase. El resto complicados, duros y de escasas opciones de triunfo.

Luis Miguel Vázquez, de rosa palo y oro: Herido en su primero tras el recibo a la verónica.

David Galván, de azul pizarra y oro: Oreja, dos orejas y ovación.

Samuel Navalón, de rosa palo y oro: Ovación, palmas y ovación.

David Galván salió en hombros por la puerta grande. 

Luis Miguel Vázquez fue atendido en la enfermería de una lesión en la clavícula izquierda que le impidió continuar la lidia. Fue trasladado al Hospital General Universitario de Ciudad Real. 

Prohibida la reproducción total o parcial de cualquier fotografía sin autorización formada del autor © Manuel del Moral.

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