Paco Ureña corta una oreja a base de valor y épica, volviendo a la cara del toro con la clavícula rota después de una fea voltereta.
Aunque ya son varias las ediciones en las que se celebran corridas In Memoriam con la intención de homenajear a grandes figuras del toreo, la de la tarde de hoy no ha hecho honor ni por asomo a la figura de un torero tan recordado y querido por la afición de Madrid como lo fue Antonio Chenel “Antoñete”.
Volvimos a nuestra plaza con la añoranza y el recuerdo del gran maestro madrileño en cuyo honor se guardó un respetuoso minuto de silencio antes de deshacer el paseíllo, pero como no existe la felicidad completa ni toros ni toreros acompañaron en esta tarde calurosa y eso que el cartel era atractivo hasta más no poder lo que hizo que los tendidos se llenaran por completo por lo que de nuevo los gerifaltes de Plaza 1 se volvieron a frotar las manos con toda seguridad y siendo así mucho me temo que rectifiquen en su forma de actuar pues si como defensores de la Fiesta dejan mucho que desear, como empresarios son un diez.
Para el evento estaban enchiquerados cinco toros de Jandilla y uno, el tercero, de Vegahermosa, descastados todos, mansos, de presencia impropia de esta plaza por enésima vez, flojos, ¿qué digo flojos? Flojísimos hasta el punto que los cabestros de Florito tuvieron que trabajar en dos ocasiones aunque fueran pocas para lo que deberían haber trabajado ya que, si salieron a jugar los dos sobreros de El Pilar, deberían haber echado mano de la despensa corralera para que hubieran salido alguno más en su sustitución pero en fin, no hay nada que hacer, esta es una batalla perdida y el tradicionalmente denominado “toro de Madrid” se ha convertido en el “toro de pueblo lidiado en Madrid” dicho esto con todos mis respetos a los festejos de los pueblos de los que soy un defensor a ultranza, pero esto es Madrid, esto son Las Ventas y esta gestión Hispano-Gabacha nos está llevando por estos derroteros.
Ahora va la cosa de los toreros.
José María Manzanares en un momento plano de su etapa, Alejandro Talavante que lleva once festejos en las tres últimas temporadas de Madrid y Paco Ureña que fue el único que tuvo el detalle de brindar el primero de sus toros al cielo en recuerdo del homenajeado “Antoñete” fueron los que componían el cartel de esta tarde.
Cuando D. José María Fernández Egea sacó el pañuelo blanco para que se abrieran las puertas de los chiqueros saltó al ruedo el primer toro de la tarde que le correspondía al maestro alicantino José María Manzanares, un toro cinqueño basto de hechuras y de manos cortísimas que sale al ruedo perezoso, con pocas ganas y echando las manos por delante en el capote que le ofrece Manzanares y que en el caballo mansea, pero mansea de verdad deambulando a sus anchas por toda la arena venteña y en banderillas apenas se mueve.
En la muleta acusa aún más sus pocas intenciones de embestir, sale suelto, se gira al revés, hay que ir a buscarle continuamente en una faena que comienza en los terrenos del tres y acaba en los del nueve pero en sentido ascendente, aun así el alicantino se muestra poderoso arrancando algunos muletazos de mérito imponiéndose al huidiza animal del que estuvo muy por encima el torero. Estocada muy baja impropia de quien antes era un estoqueador espectacular. Ovación que recoge el diestro desde el tercio con algunas protestas.
Hasta tres toros tuvo que parar José María Manzanares en su segundo turna de intervención pues si flojo, muy flojo era el de Jandilla, no lo fue menos el primer sobrero de El Pilar y no le fue a la zaga el que hizo de cuarto tris también de El Pilar y que debió seguir la línea de sus dos antecesores pero a este lo mantuvieron en el ruedo. Fue este toro que mantuvieron un grandón sin rematar y alto como mi buen amigo Romay que además deja los cuartos traseros atrás cada vez que se desplaza y que en su encuentro con el picador golpea el peto sin conocimiento y repuchándose en su segunda vara para mantenerse con actitud altiva en banderillas moviéndose siempre sobre las manos y sin bajar la cara en ningún momento.
Con este panorama se encuentra Manzanares cuando coge la muleta, es imposible el lucimiento y por si fuera poco cuando se le exige es cuando baja la cara pero arrastrándola perdiendo las manos. Hasta tres intentos necesitó José María para acabar con este morucho e irse al callejón entre el silencio del respetable.
A portagayola se va Talavante a recibir al segundo de la tarde, un toro que sale andando con parsimonia y tras salir airoso como puede del trance lancea con los pies juntos con mucho mérito. Por gaoneras quita en su turno Paco Ureña después del paso del animal por el picador donde el toro muestra cierta humillación empujado al peto con la cara baja e incluso galopa en banderillas.
Por naturales de rodillas comienza Talavante su labor muletera a este toro que embroca bien pero los remates al final del viaje no son muy enclasados que digamos, aun así algunos naturales tienen buen trazo que no llegan a calar en los tendidos y además en los últimos compases de la faena el animal se va a refugiarse en las tablas donde después de una estocada contraria el torero hace impacientarse al público por su tardanza en intentar descabellar lo que al final no hace al echarse el toro por fin y escuchando un aviso presidencial en es espacio de tiempo. Silencio.
Es el quinto toro el mejor presentado de la corrida, cortito de manos y buen cuello e incluso es también el más rematado de la corrida. Humilla el toro en el capote que le muestra el diestro pacense y empuja incluso con clase en el caballo. Lidia Javier Ambel de forma muy eficaz mostrando que toro va largo y con la cara abajo lo que hace presagiar que algo bueno puede ocurrir en el tercio de muleta pero ahí es otro cantar pues las pocas fuerzas que el animal tenía se las dejó en los tercios anteriores y visiblemente enfadado Talavante al no ver posibilidad de sacar algo positivo, cosa que algunos pensamos que quizás sí, y al ser él quien tiene que decidir se va a por la espada y de estocada atravesada enterrada hasta la mitad del acero y conseguida al segundo intento se quitó de en medio a este toro que pudo ser y no fue. Protestas y pitos al torero al retirarse al callejón.
“Con la cara lavada y recién peiná”, perdón que se me ha ido la olla, quería referirme que lavadito de cara sin trapío, sin remate y de sienes amplias es el tercer novillo de la tarde, perdón de nuevo, se me ha vuelto a ir la olla, quería decir torito que sale suelto del recibo capotero del murciano Paco Ureña y que se deja pegar sin más por el varilarguero de turno y que en banderillas parece tener algún defecto de visión a tenor de como coloca la cara en los embroques y además no tiene fijeza alguna.
Deslucido y sin entregarse se muestra el torito en los primeros compases del tercio de muleta. Paco Ureña trata de sacar lo que puede pero es imposible y eso que Ureña siempre lo da todo en esta plaza pero es que no hay manera a pesar de intentarlo por los dos pitones. Estocada desprendida y toro listo para el tiro de mulillas. Silencio.
De nuevo rondó la tragedia en el cierraplaza, un toro de manos cortas que aunque llega humillado al capote de Ureña tiene tendencia a meterse por dentro por el pitón derecho. Es este sexto toro el que hace mejor pelea de la tarde en el caballo empujando con la cara abajo en los dos encuentros con el picador Juan Melgar que estuvo bien. En banderillas es pronto y con embestidas rectas.
Despatarrado comienza Paco Ureña su quehacer con la muleta dando distancia para intentar aprovechar las inercias de las embestidas pero el animal no acaba de salirse de los muletazos y cuando algunos esperábamos que el torero se echara la muleta a la zurda, en una embestida violenta y por dentro voltea al matador de una forma espectacular lanzándole varios metros arriba y cayendo de muy mala postura quedando inerte en la arena, la caída es feísima y nos temimos lo peor. Con rapidez se llevan al torero a la enfermería pero los porteadores se detienen en el callejón donde tratan de recuperar al torero y ante el asombro de todos los asistentes se incorpora a la lidia aunque desde mi zona se le insta con insistencia para que abandone el ruedo. Visiblemente mermado realiza un toreo a la épica y eso no queremos que se haga pues el de Lorca está dolorido y con el brazo izquierdo colgando y así no, así no queremos ver sufrir a un hombre que por querer demostrar lo que no tiene que demostrar a nadie se mantiene a duras penas ante la cara del toro y quiere matarlo lo que hace de una estocada que provoca una petición de oreja desde los tendidos que el Presidente atiende pero que el torero no puede pasear ya que una vez cogida la oreja cruza la plaza para ingresar a la enfermería donde debería haber estado mucho tiempo antes.
Es to es lo que ha dado de sí la corrida In Memoriam a “Antoñete” que si la ha visto desde el tendido del cielo seguro que no se habrá sentido muy contento por lo que haya visto pero sí que se habrá acordado de su plaza y se su querido tendido del 7 del que llegó a decir que si el 7 de Madrid no existiera habría que inventarlo. Gracias torero, gracias maestro, gracias, muchas gracias, nosotros nos acordamos mucho de usted, más que los toreros y ganaderos de hoy que no han tenido ningún tipo de gesto hacia usted salvo el brindis de Paco Ureña.
Un saludo a todos y hasta el próximo domingo.
Crónica: Tomás Mata Menchero
Foto: © Alfredo Arévalo (Plaza 1)
Plaza de toros de Las Ventas. Corrida in memoriam de Antoñete. Toros de Jandilla y Vegahermosa, 4°bis de El Pilar. Lleno de No hay billetes.
José María Manzanares, ovación con saludos y silencio
Alejandro Talavante, silencio tras aviso y pitos
Paco Ureña, silencio y oreja.