Oreja protestada para Alejandro Talavante en el primer toro de la tarde. Juan Ortega sufrió una fea voltereta en el quinto de la tarde. Corrida decepcionante del Puerto de San Lorenzo.
Se celebró esta tarde el decimosegundo festejo del serial isidril con el consabido reventón en los tendidos y como viene siendo habitual en estos casos el público que los ocupaba era más festivalero y bullanguero de lo normal. Hay que reconocer que la mayoría a los que me refiero vienen tomando parte a favor de los toreros que forman la terna llevados por el nombre de estos y a los que muchos siguen con pasión enfervorizada sin conocer apenas el nombre de la ganadería anunciada y si algunos la conocen, apenas se acuerdan pues los efluvios alcohólicos hacen estragos en sus mentes y menos aun desconociendo los antecedentes del comportamiento en esta plaza de un tiempo a esta parte de la ganadería acartelada, pero en fin la adquisición de una entrada les da derecho a manifestarse y opinar como les venga en gana.
“Puerto de la Calderilla” es el nombre de la finca donde pastan las reses del Puerto de San Lorenzo en el término municipal de Tamames provincia de Salamanca y cuyo origen de procedencia es de los encastes Lisardo Sánchez y Atanasio Fernández y que a tenor de lo que suelen desarrollar y el juego que suelen dar tienen como características más pronunciadas su fría salida, velocidad en sus aires de movimiento, hay quien dice que tienen cuatro cuando los aires son tres, andar, trotar y galopar pero que en el caso de este encaste añaden el de esprintar cuando llegan al objetivo contra el que acometen pero no el mansear, la flojedad y ser tan bobalicones y sosos como han sido los toros de esta tarde. Muchas hechuras sí, bien armados también, serios pues sí pero sin motor, sin raza y sin bravura, vamos podridillos por dentro casi todos a excepción del primero por salvar alguno, de ahí el titular pues de sobra es conocida la frase de “sin toro nada tiene importancia” y estas cosas suelen pasar por estos lares cuando empiezan a desfilar por el ruedo venteño los primeros espadas del escalafón.
El pacense Alejandro Talavante, el sevillano Juan Ortega y el toledano de Pepino Tomás Rufo formaban la terna de matadores.
En el palco presidencial Don Eutimio Carracedo Pastor que esta tarde volvió a ser por momentos el Don Eutimio que tanto hemos criticado en otras ocasiones.
Frío de salida, rematado gran amplitud de pecho y bien armado es el primero de la tarde y que no tiene fijeza ante el capote de Talavante del que sale al relance hacia el caballo sin hacer nada del otro mundo en las dos veces que acude pero tiene nobleza el animal.
Llama el matador al toro desde los medios en el inicio de faena con el capote recogido y con la mano zurda toreando al natural sin probaturas da dos series perfectas, cuando coge la muleta con la mano derecha le cuesta más trabajo seguirla al toro, por probar que no quede, pero es el pitón izquierdo el de más garantías y teniéndolo claro el extremeño vuelve por ese pitón y la intensidad se renueva. Remates por abajo para finalizar antes de proporcionar un espadazo con el toro al paso de buena colocación, pañuelos en los tendidos y oreja que el diestro pasea con algunas protestas pues en Las Ventas debe exigirse algo más.
Algo bizco del pitón izquierdo es el cuarto toro y mostrando ciertos síntomas de descoordinación en sus movimientos que se protestan desde algún sector del tendido, mansea e incluso sale suelto del segundo puyazo y como a duras penas se mantiene en pie en banderillas, el Presidente no saca el pañuelo verde que, bajo mi opinión, debería haber sacado si por buen aficionado se tiene.
El problema que mostró de salida se manifiesta en el último tercio pues su movilidad es dificultosa lo que hace imposible el lucimiento del pacense y más cuando trata de exigirle, no hay nada que hacer. Pinchazo hondo con travesía a la segunda intentona e incluso trasero da con el toro en tierra al ser habilidoso con el verduguillo. Silencio.
Se hace presente Juan Ortega en el ruedo para recibir con el capote a un toro bajo de salida similar al primero, toro bajo, serio astracanado y buena arboladura, expectación en los tendidos para ver a Juan con el capote y a la verónica para al toro sobresaliendo especialmente dos de ellas saliendo suelto después y no pudiendo rematar como se esperaba. Toma dos puyazos el toro al relance costando una barbaridad sacarlo del peto por parte de Jorge Fuentes que era el encargado de su lidia y mansea descaradamente marcando tendencia a los terrenos de toriles en el segundo tercio tras entrar Tomás Rufo en su turno de quites por gaoneras.
Con la muleta se empeña el matador en plantearle la faena en los terrenos diametralmente opuestos a los que marcaba la querencia del animal donde el del Puerto de San Lorenzo se muestra sin celo, sin transmitir nada y que ni siquiera los remates tan toreros que suele ejecutar habitualmente Juan pueden ser lucidos por las anodinas embestidas del soso animal. Se dobla el torero por abajo en muletazos de castigo y de estocada baja se quita del medio a este mal colaborador. Silencio.
El trapío que tiene el quinto de la tarde no es digno de esta plaza, acucharado de defensas, sin remate, sin morrillo, sin nada de nada e incluso muy justo de fuerzas que se protesta desde todos los tendidos. El tercio de varas es un simulacro y cuando todos esperábamos ver el pañuelo verde Don Eutimio cuelga el blanco y las protestan arrecian pero lo cierto es que el toro se no se cae en banderillas aunque sí que muestra siempre tendencia a los terrenos de adentro.
Entre gritos de protesta del público comienza Juan Ortega la faena de muleta, el pitón izquierdo es de tener cuidado pues siempre se vence por ese lado, tanto es así que en uno de los pases voltea al torero de forma muy fea, se repone a duras penas del incidente pero que cosas, se asienta Juan y lo pasa una y otra vez con muletazos muy estéticos por el pitón derecho, por el izquierdo no tiene ni uno y el público se divide en opiniones sobre la labor de Juan, él sigue con derechazos de buen gusto y en paralelo a las rayas, coge las espada y de casi media estocada, pinchazo hondo en buen sitio diría yo acaba con el protestado toro. Ovación que recibe saludando desde el tercio y ya en el callejón decide dirigirse a la enfermería por su propio pie.
Se esperaba con interés la segunda comparecencia de Tomás Rufo en esta feria y le correspondió en primer lugar de su lote un toro bonito de hechuras y muy serio al que su matador recibe con capotazos a pies juntos muy ceñidos pero después de su paso por los montados el toro cambia y no tiene ni siquiera buenos embroques ni humillación y esperando mucho en banderillas.
Con la muleta es soso pues va y viene sin entrega alguna, lo pasa el toledano consiguiendo tan solo algún natural sin calado en los asistentes, es soso hasta decir basta y por eso se le insta al torero a que acabe con él lo que hace recetando una estocada entera y baja. Silencio,
El que cerraba plaza era un toro largo, de lomo recto y acodado de pitones que ofrece al torero buenos embroques en el capote. De manso es la pelea en el caballo del que sale suelto en las dos ocasiones que acude a pesar de mostrar cierta alegría en el tercio de banderillas.
Brinda al público el de Pepino la última faena de su paso por esta feria y da una vuelta casi entera al ruedo acompañando al toro, lo explico:
Inicia su labor toreando templado de rodillas en terrenos del tendido 10 pero sale suelto el toro después, Tomás lo para en los terrenos del 8 y le da otra serie limpia pero siempre en los terrenos pegados a las tablas, vuelve a huir el animal y esta vez es en los terrenos del 7 donde dejándole el toledano la muleta en la cara consigue otra serie ligando los muletazos pero siempre entre la primera raya y las tablas. La siguiente parada es en el 5 donde a base de insistencia consigue otra tanda de muletazos con la mano izquierda y más relajado, sigue el trayecto y la siguiente estación es en el 3 y es allí donde está la estación final del trayecto pues al coger la espada de acero coloca al maratoniano animal una estocada entera con ligero desprendimiento. Hay petición en los tendidos pero en esta ocasión se contaron bien y no había mayoría. Ovación para Tomás en su despedida.
Y esto es lo que ha dado de sí la corrida del Puerto de San Lorenzo esta tarde.
Para el día de mañana espera en los corrales una corrida del Conde de Mayalde que a tenor de lo que hemos visto es espectacular, ya veremos lo que traen dentro. Los ocho toros que han traído han sido aprobados, ya veremos qué pasa en el apartado para seleccionar los seis titulares pues con la terna de matadores que nos visita seguro que hay baile.
Por todo eso yo espero y deseo que mañana sea más y mejor.
Crónica: Tomás Mata Menchero
Foto: © Alfredo Arévalo (Plaza 1)
Plaza de toros de Las Ventas.Toros del hierro de Puerto de San Lorenzo. Lleno de no hay billetes.
Alejandro Talavante, oreja y silencio.
Juan Ortega, silencio y saludos.
Tomás Rufo, silencio y saludos.