La Feria Taurina de Manzanares 2019 se cerró este domingo con una magnífica novillada sin caballos de La Quinta que formaba parte del certamen «Promesas de Nuestra Tierra», perfectamente presentada y que sirvió mucho, pero mucho, con opciones de triunfo y lo que es más importante, de aprendizaje para los tres novilleros. Bien por la empresa y por los hermanos Conradi, dando importancia a la necesaria escuela que suponen estas novilladas.
Abrió plaza un novillo fino, en el tipo de la casa, con el que José Ponce no se confió con el capote. Quitó Mario Arruza por gaoneras sorprendentemente asentadas. El animal tuvo prontitud y calidad en la muleta, humillando especialmente por el izquierdo y desplazándose muy largo cuando Ponce lo llevó empapado. Faltó el lógico asiento que da la experiencia en el novillero de Puertollano, que sin embargo dibujó algunos muletazos de buen trazo por ambos pitones, especialmente en el tramo final en la cercanía a tablas. Se atascó con los aceros y saludó una ovación.
El cuarto, más fuerte y bizco del izquierdo, tuvo una embestida muy seria desde su aparición por chiqueros. Lo saludó con tres largas cambiadas José Ponce, poniendo en apuros a Mario Arruza en el quite, y lo toreó con gusto por el derecho ya de muleta, aunque demasiado cerrado en tablas. Pero lo mejor vino al natural, echando los vuelos con más suavidad y naturalidad. Se fue muy derecho tras la espada y la estocada le valió para abrir la puerta grande.
Mario Arruza no pudo lucirse en el recibo de capa al segundo de la tarde, que no se salía de los vuelos. Lo hizo bien en el comienzo de faena, doblándose para intentar llevarlo lejos y por abajo, todo lo que le dejó el novillo, que embistió rebrincado y con un viaje demasiado corto. Lo puso difícil el de La Quinta pero Arruza quiso hacerlo siempre con clasicismo por ambos pitones, con buen concepto y valiente. Mató de media estocada en buen sitio que le dio la primera oreja de la tarde.
El lucero quinto, precioso de lámina, se dejó mucho en capotes. Estuvo bien Mario Arruza en el recibo y en la respuesta al buen quite de Aarón. La franqueza del novillo le permitió irse a los medios de rodillas para recibirlo de muleta con una arrucina calentando el tendido. Lo cuajó después por el derecho, abandonándose por momentos. Tuvo que empaparlo más por el izquierdo, y lo hizo, sacando el fondo del eral de La Quinta. La estocada entera un punto caída fue muy efectiva, y también cortó las dos orejas. Toreó a ese quinto con una fractura en el pie tras un pisotón en su primer novillo.
El primero de Aarón Infantes, un precioso eral en el tipo del encaste, salió templado de chiqueros, toreando a la verónica el de Alcázar con gusto. Banderilleó el novillero con voluntad, destacando el segundo al violín. El animal fue a más después de una brega magistral de Marco Galán, y sacó un fondo de calidad y bravura excepcionales, excelso por el derecho. Aarón Infantes ligó el comienzo y las primeras series con temple, sin que tocara la muleta, llevándolo largo, resultando cogido sin consecuencias cuando más confiado estaba. Por el izquierdo la historia fue otra, repitiendo voltereta, por lo que Infantes lo exprimió por el bueno, perdiendo el premio con la espada.
El que cerró plaza, diferente a sus hermanos en tipo y comportamiento, también se dejó. Con menos celo fue y vino por ambos pitones abriéndose mucho por el derecho, permitiendo a Aarón engancharlo delante y llevarlo largo. Cuajó una faena larga, buscando la efectividad en el tramo final para descerrajar la puerta grande que ya habían abierto sus compañeros de terna. Mató de entera con cierta travesía que hizo que no doblara, y volvió a entrar dejando otra entera contraria, enfriándose el público no pudiendo completar la foto final.
Este lunes se espera que la empresa anuncie los nombres de los novilleros que formarán la terna en la final del certamen, y que se celebrará el próximo sábado en la plaza de toros de Mondéjar.
Crónica: Álvaro Ramos Golderos
FICHA:
Plaza de Toros de Manzanares. Última novillada sin caballos clasificatoria del certamen «Promesas de Nuestra Tierra». Un tercio de plaza. Se lidiaron erales de La Quinta, perfectamente presentados y de juego variado, con muchas virtudes buenos en líneas generales.
José Ponce: ovación y dos orejas.
Mario Arruza: oreja y dos orejas.
Aarón Infantes: ovación y ovación.