Cargando La Suerte

Tarde de nuevo de «no hay billetes». A la salida del primer toro cayó un aguacero que la mayoría de los aficionados aguantó estoicamente en los tendidos. Corrida impresentable de presentación una vez más en Las Ventas.

Todas las miradas de la gente que bajaba por la calle Alcalá esta tarde y de los que deambulaban por los alrededores de la plaza de Las Ventas estaban dirigidas hacia el cielo mirando los nubarrones negros que se acercaban. Que si hoy se suspende, que si hoy se aplaza, que si las banderas ondean para dentro en lo alto de la Puerta Grande, que si ahora cambia la dirección del viento. Todo ese tipo de comentarios eran  el tema de conversación general. El caso es que minutos antes del comienzo del festejo comenzó a llover un rato para después ver el sol. Todos para dentro y comienza el espectáculo, pero fue abrir la puerta de chiqueros, salir el primer toro y caer la mundial. ¡Qué forma de llover!, con la falta que hace que se llenen los embalses y va a caer aquí ¡Vaya por Dios!.

Si lo sé no vengo y habría visto la corrida en casa, total para lo que hemos visto.

Ayer despedí mi crónica diciendo que hoy con poco la corrida sería mejor, pues me equivoqué de punta a rabo sobre todo en el aspecto ganadero, ya que los toros que se han lidiado hoy tampoco deberían haber saltado al ruedo. Que desastre de presentación, no podía ser peor y eso que eran de dos ganaderías diferentes aunque con tres hierros y divisas distintas ya que los Toros de Cortés y los Victoriano del Río son lo mismo y en las mismas fincas de la familia y los de Núñez del Cuvillo del mismo entronque de origen que los otros, es decir Vázquez y Vistahermosa pero los de Cortés y Victoriano por la línea de Algarra, Jandilla, Juan Pedro y El Torero y los gaditanos de Cuvillo por la vía Domecq Solís, Sayalero, Torrealta y Núñez. Todos fueran del hierro que fueran mal presentados, ninguno bonito y sin el cuajo y trapío que se debe exigir en esta plaza, ni las caras eran nada del otro mundo, comoditos todos y mansos casi todos, un horror de encierro y por si fuera poco, lo de la báscula es un timo total. Esto no es serio, o alguien pone cartas en el asunto o esto se acaba señores, así nos van a echar de la plaza y adiós a la tauromaquia en España y tendremos que irnos a Francia como se hacía en los años 70 para ver las pelis de destape a ver toros en condiciones.

Estos “señores” de Plaza 1 se ríen de la afición mientras cuentan los fajos de billetes recaudados con las entradas que a muchos les cuesta hacer un esfuerzo grande para pagar y tratar de disfrutar de una afición que estos “señores” menosprecian, maltratan y parece que aborrecen porque de otra forma no se puede entender. El enemigo está dentro.

Pero en fin… hablemos de lo acontecido en el ruedo dejando a un lado, de momento, el tema de los animalitos de esta tarde.

La terna de este viernes estaba compuesta por Miguel Ángel Perera, Alejandro Talavante y Ginés Marín. El primero y director de lidia es el torero en activo que más veces ha salido por la Puerta Grande de Madrid, al segundo le esperábamos como agua de mayo, el agua le hemos tenido, a él seguiremos esperándole y en el tercero teníamos muchas esperanzas de volver a verlo ya que atraviesa un momento extraordinario, pero con bichejos como los que han salido esta tarde con el beneplácito de la empresa, presidencia y equipo veterinario es imposible hacer absolutamente nada.

A Miguel Ángel Perera le correspondió en primer lugar un torito que lo mejor que tuvo es que hizo honor a su nombre “Espantoso” y a fe que lo era. Feo, flojo, aniñado por donde lo mirases, grandote y por si fuera poco sin celo y sin ganas de pelea.

Lo intenta pasar de un lado a otro Perera y tanda por aquí, tanda por allá, unas veces con la mano baja, otras no tanto, consiguiendo a veces, tan solo a veces pasajes ligados y templados a pesar de que el toro puntea el engaño echando la cara arriba. El auténtico mérito del torero fue estar delante del animal bajo una cortina de agua tremenda. Estocada baja y otra posterior y toro al barro. Silencio.

El cuarto toro, segundo de su lote pone en aprietos al diestro metiéndole contra las tablas al intentar pararlo con el capote. Abanto y manseando constantemente el animal, el extremeño de Puebla de Prior brinda al público una faena extraña, pues le inicia en terrenos del 5 donde da una serie con la derecha, otra serie en el 4, luego continua en el tres, posteriormente más muletazos en el 2, de ahí al 1 para entrar a matar en terrenos  del 10 y morir el manso en el 9 después de dos pinchazos y nueve intentos con el verduguillo. A todo esto algún muletazo aceptable con la mano derecha, alguno con la izquierda a su paso por los tendidos que fue visitando y bernadinas por el penúltimo tendido por el que pasó. Dos avisos y silencio absoluto.

Escampó en el segundo toro y Alejandro Talavante se hace presente con verónicas templadas y que dejan entrever la flojedad del toro a primera vista defendiéndose durante los tercios siguientes.

Muleta en mano el torero pacense inicia una faena con muletazos por alto con cierta continuidad, el toro parece ofrecer ciertas facilidades que el torero aprovecha con limpieza y a veces con pequeñas dosis de hondura, pero solo con la diestra, con la mano “negra” como dice mi vecino por el vendaje que lleva Talavante en la mano izquierda, el toro no responde igual. Faena pulcra en los terrenos del aplauso fácil, el 5, que finaliza por manoletinas. Dos pinchazos, se echa el toro, lo levanta y descabello. Silencio.

En el quinto casi calca su actuación muletera Alejandro pues fue casi exacta a la anterior, mismos terrenos, muletazos templados de mano baja con la diestra, con la izquierda aprovecha la nobleza, casi tontuna del toro, se mete en cercanías aguantando algún parón y pinchazo primero y estocada con cierta travesía pusieron el punto final a la labor de Talavante. Silencio.

De Ginés Marín ¿qué podemos decir?, pues que es una verdadera lástima que un torero como él que atraviesa un momento espectacular, venga a Madrid y se encuentre con estos escombros de toros que se ha encontrado, con las esperanzas que había depositadas en el jerezano en la tarde de hoy, pero su lote iba a impedir ver el torero que lleva dentro.

Su primer torito sale suelto del capote y mansea en el caballo y corta en el tercio de banderillas. Tardón y perezoso llega el animal a la muleta, pues embiste casi andando una vez llega al embroque y Ginés lo prueba y lo prueba y le pone el engaño de todas las formas posibles, pero el toro dice que solo está dispuesto a dar algún pasito que otro, pero nada más. Encima se pone gazapón a la hora de igualar, pero el torero anda hábil y al primer intento cobra una estocada traserilla y algo tendida. Silencio por parte del público.

El sexto no quiere ser diferente al resto de congéneres y ejerce de manso desde el principio y además se defiende echando la cara arriba con los banderilleros. Para quitarle la tontería inicia Ginés Marín su faena doblándose por bajo y gracias a eso consigue muletazos de cierta largura con la mano derecha que el toro acepta humillando, cosa que hasta entonces nunca había hecho. Muleta a la zurda y consigue el torero algunos naturales cobrados de uno en uno pero que no llegan a nada y eso que le permite al toro que meta la cara cuando el animalito quiera pero ni por esas. Un tanto aburrido de ver que todo intento era imposible se fue a por la espada. Pinchazo en primera instancia para colocar después media estocada que precisa de descabello al primer intento, Silencio.

Hacer mención especial hoy la lidia y tercio de banderillas que hicieron en el cuarto toro de la corrida Javier Ambel en la brega y Curro Javier extraordinario con los palitroques junto a Vicente Herrera. Estos dos últimos se desmonteraron y Ambel recibió una gran ovación.

Esto ha sido todo por hoy. No sé si despedir esta crónica de la forma habitual no vaya a ser que me equivoque otra vez al decir que mañana más y mejor, pero yo creo que sí, venga va.

Mañana más y mejor.

Crónica: Tomás Mata Menchero

Galería fotográfica: © Alfredo Arévalo (Plaza1)

Ficha del Festejo:

Hierro de Victoriano del Río - EspañaHierro de Toros de Cortés - EspañaHierro de Núñez del Cuvillo – España

Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Decimoquinto festejo de la Feria de San Isidro. No Hay Billetes. Toros de Victoriano del Río (4º, 5º y 6º), Toros de Cortés (3º) y Núñez del Cuvillo (1º y 2º).

MIGUEL ÁNGEL PERERA, silencio y silencio tras dos avisos;

ALEJANDRO TALAVANTE, silencio y silencio;

GINÉS MARÍN, silencio en su lote.

Se desmonteraron Curro Javier y Vicente Herrera tras parear al cuarto y Javier Ambel por su buena brega en el mismo toro.