Es la vacada más próxima a Ciudad Real y cuenta con la esencia de la historia y de ser la ganadería de lidia más antigua de nuestro campo bravo. El final del embalse de Gasset y las primeras rastrojeras con las vacas apurando el grano, te hacen oler a tierra de toros y vacas que pastan en la finca Pinos Bajos.
Éste pasado viernes a media tarde y el sábado con una bonita mañana de verano, hemos podido disfrutar de una de las labores más importantes en una ganadería de bravo como son los tentaderos de hembras, donde la selección de las futuras madres pasa por ese banco de pruebas que es la plaza de tientas, el caballo de picar y el torero que las somete y las exige, para que según con el criterio del ganadero consiga ser una de las vacas de vientre de la ganadería.
Con la amabilidad y el cariño de Felipe Lasanta y José Luis Marín (representantes de la ganadería) el equipo de Cargando La Suerte llevó a cabo este reportaje, que esperamos sea del agrado de nuestros seguidores y sirva para aquellos que no han tenido el privilegio de presenciar una faena de campo como ésta.
El viernes en sesión vespertina a eso de las seis de la tarde, comenzaba el tentadero con cinco vacas en los chiqueros para Aníbal Ruiz, Carlos Aranda y Jonathan Anaya.Aníbal Ruiz recibía nuestra enhorabuena por su justa inclusión en los carteles de la feria taurina de Agosto 2014 en la primera de abono con la corrida de Los Chospes. Pareció notarse éste hecho en la persona del torero al que vimos sensacional durante la lidia de las cinco vacas. La primera suya tras no emplearse en el caballo concedió una primera tanda de muletazos que presagiaba lo que a la postre no fue. La erala fue acortando el viaje, orientándose, con la que Aníbal solo pudo mostrar el mando y el sometimiento, unido a la firmeza ante las cortas embestidas del animal. En su segunda vaca la cosa fue distinta y se pudo ver a un torero reposado, muy templado y con mucho gusto en todo lo que hizo con la vaca. Por los dos pitones consiguió muletazos con un trazo perfecto, encajado con la embestida y rematándola por abajo en unos cambios de mano y pases de pecho cumbres. Tengo que reconocer que me sorprendió Aníbal por su labor ante una embestida que pedía una muleta templada y firme. Además de ello anduvo toda la tarde aconsejando a los novilleros presentes, poniendo las vacas al caballo, cortándolas o incluso subiéndose al caballo de picar en una de ellas. Gran sabor de boca el que deja el estado de forma de Aníbal hacía el grueso de la temporada.
Carlos Aranda tuvo en sus dos vacas sendas labores de esfuerzo y de sudar la gota gorda. Las de Víctor y Marín no regalan embestidas y hay que andar firme con ellas, y en las manos de chavales menos experimentados éstas aprovechan para probar, medir, acortar y en definitiva exigir al torero mucha claridad de ideas. En su segunda vaca vimos una faena de Carlos mandona, sobreponiéndose a las dificultades que le ofrecía y solucionando los problemas que surgen cuando las querencias o el genio no permiten el toreo fundamental. Avanza el novillero de Daimiel con tardes como estas donde la experiencia y el oficio van descubriendo la infinidad de duras lecciones y sufridos exámenes que conlleva la carrera de un torero.
En tercer lugar, lidió una añoja el novillero sin caballos de Malagón Jonathan Anaya, el cual está anunciado el próximo sábado en la becerrada que Maxi Toro ha programado para completar la presentación de la feria taurina de este año en Ciudad Real. Jonathan tiene poco toreado a sus espaldas y por ello cuenta con las carencias lógicas del oficio, pero con la fuerza arrolladora de la juventud. Se encontró con una añoja de calidad, que tuvo clase en su embestida y a la que Anaya por momentos, dio muletazos buenos los cuales esperamos que le sirvan de cara a su reciente compromiso. También el becerrista Samuel Fernández, hijo del banderillero Pablo Fernández, se hizo presente en varias vacas al final de cada una de ellas para intentar robar con mucha firmeza, y voluntad de hacer las cosas muy puras los últimos muletazos que les quedaban a las vacas.
El sábado aprovechando el fresquito de la mañana veraniega se hacían presentes en Pinos Bajos los matadores Curro Díaz y Emilio Huertas para ponerse delante de otras seis vacas que la ganadería tenía preparadas.
El torero de Linares Curro Díaz interpretó como no podía ser de otra forma el toreo como él en su tauromaquia entiende. Tres vacas diferentes y con las tres marcó el mismo sello del pellizco y la expresión corporal diferente que destaca o diferencia a unos toreros de otros, dejando clara la riqueza que la tauromaquia arroja en su variedad. Se puede someter, se puede lidiar y se puede tentar una vaca toreando con gusto en todo momento es lo que Curro Díaz dejó patente en la rectangular plazita de Pinos Bajos. A una primera vaca con ritmo y con clase la cuajó por abajo en muletazos y remates muy personales y con mucho gusto, y a la tercera vaca suya la exigió desde la firmeza y la quietud, consiguiendo unos momentos finales de faena donde se encontró muy agusto para el disfrute de los allí presentes.
Emilio Huertas pisaba por primera vez el ruedo de Pinos Bajos, y lo hacía vestido de corto, dándole importancia a la labor que se lleva a cabo en un tentadero y demostrando en todo momento el estado de concentración en el que está metido el de Santa Cruz ante una temporada muy importante para su carrera. No tuvo vacas Emilio con las que llevar a cabo el toreo de mando y mano baja que busca, pero si tuvo vacas con las que por momentos mostrar ese concepto clásico y puro que lo describe como torero. Se le nota relajado, y sobre todo como decía antes, muy metido en el día a día hacia conseguir sus objetivos. Huertas está en un momento en el que puede explotar su carrera y eso se notó en la manera de ir haciendo a cada vaca para terminar exprimiéndolas a pesar de que estas no tuvieron un largo recorrido en la muleta. Otro torero que junto a Aníbal Ruiz nos dejó un sabor de boca muy dulce hacia sus próximas actuaciones y hacia ese 17 de Agosto en Ciudad Real.
Tuvieron una oportunidad más de ampliar experiencia el novillero Adrian Grande y el becerrista Samuel Fernández. Los dos dejaron claras sus intenciones de aprender y aprovechar éstas valiosas oportunidades de conseguir un rodaje necesario para torear. Dos chavales con un concepto y una personalidad totalmente distinta, dos chavales con diferente rodaje, y dos chavales de los que hay que apuntar los nombres porque quién dice que no podamos estar hablando (ojalá) de una futura figura del toreo.
Al finalizar el tentadero quisimos saber cuál era el balance del ganadero y que sensaciones le habían dejado las vacas, así como del estado actual de la vacada en la siguiente entrevista a Felipe Lasanta.
Felipe, ¿qué te ha parecido estos dos días de tentadero, que sensaciones te dejan las vacas?
Bueno, pues hoy (sábado) estoy un poquito más contento que el primer día con las vacas pero en concreto estamos siguiendo una línea que me parece interesante porque están dejando torear a los toreros y estar agusto, con mucha nobleza y bastante ritmo.
Ese ritmo y esa clase que hemos visto por ejemplo en la primera vaca de Curro Díaz es la línea a seguir.
Si, buscamos esa clase que es lo que, particularmente a mí siempre me ha gustado y me ha interesado.
Por lo tanto ese es el toro que persigue Víctor y Marín en su selección.
Exacto. Un toro que tenga trapío, que tenga casta, pero con la nobleza que le permita pegarle al torero treinta o cuarenta muletazos agusto y en condiciones.
Hemos visto en alguna vaca, ese tranco más que caracteriza al toro de Núñez…
Si, nosotros hemos tenido un semental de Núñez (vía Gabriel Rojas) que parecía que se nos había extinguido un poquito, pero han vuelto otra vez a aparecer las capas típicas del encaste y con ello creemos que la consanguinidad, por lo tanto ha sido muy importante y muy positivo para nosotros.
Qué nos puedes decir de la camada de saca de este año…
Pues bueno hemos tenido alrededor de cuarenta utreros que algunos ya se han lidiado y otros que desgraciadamente y debido a la situación del campo bravo pues no lidiaremos y serán vendidos para las calles y festejos populares, que es para lo que lamentablemente parece que criamos los ganaderos a día de hoy.
¿Ésta situación ha modificado el numero de vacas de la ganadería?
Si, desde luego, actualmente contamos con unas 160 vacas de vientre, aunque hemos eliminado alrededor de un centenar debido a este tiempo de crisis tanto económica como taurina.
¿Las empresas de las plazas de la provincia no se acuerdan de Víctor y Marín?
Bueno, tampoco hay que irse a la provincia. Tenemos aquí al lado la plaza de la capital que ni siquiera se han molestado en saber lo que tenemos. La afición de Ciudad Real siempre ha sido exigente con esta ganadería y pensamos que como toda la vida ha existido por ejemplo, la extinguida corrida de Beneficencia, en la que podríamos tener una oportunidad tanto nosotros como los toreros de la provincia y ello nos haría mucha ilusión.
Un verdadero placer el vivido en una de las labores más importantes del campo bravo como es un tentadero de hembras. En este caso las once vacas de Víctor y Marín puestas a prueba mostraron un comportamiento de muchos matices y muy personal, derivado del encaste Núñez, con unos principios fríos, pero con vacas importantes yendo al caballo de largo con clase en su mayoría y permitiendo algunas de ellas el toreo eterno por su condición de nobleza y ritmo que deseamos luzcan pronto en las plazas de toros más cercanas a nuestra capital, incluida la de la glorieta de Juan Pérez Ayala.
Gracias Felipe y José Luis y mucha suerte, ganaderos.