Cargando La Suerte

Cuando no sale el toro que se espera y los toreros cambian la calidad por la cantidad todo resulta anodino, pesado y vulgar.

No es que la corrida que mandó esta tarde el propietario de la ganadería de La Quinta, D. Álvaro Martínez Conradi estuviera con sobre peso, que un poco sí, pero no exagerado del todo, pues aunque de todos es sabido que los toros de procedencia Santa Coloma no tienen un esqueleto como para soportar muchos kilos, debemos tener en cuenta que una cosa son los que  a partir de ese encaste hay dos ramas diferentes, una la de la vía del Marqués de Albaserrada y otra la de Joaquín Buendía que es la de los toros que forman la ganadería de La Quinta enchiquerados para el festejo del día de hoy.

La presentación fue demasiado justa pero aceptable y un tanto desigual, pero eso sí, con su hociquito de rata, sus pitones astifinos y asaltillados, el pelo gris aunque variando su tonalidad y con cara de listos que son características morfológicas de este tipo de animal, pero con lo que no contábamos era con que acusaran falta de empuje, codicia y poder que fue el denominador común de toda la corrida. De salida casi todos echaban las manos por delante, marcaban buenos embroques pero les costaba salirse de los engaños, eran incluso pegajosos cosa que incluso se acentuaba en los últimos tercios y de esta guisa es muy complicado que el público se emocione y que los toreros puedan mostrar lo mejor de sí. Hasta tal punto, que llegaron a estrellarse contra algo que ni ellos,  ni los que llenamos por completo el aforo de Las Ventas, pudiéramos pensar que pasaría, pues siempre la presencia de los toros de esta ganadería de una forma u otra nos mantenían sin parpadear. No fue la tarde ni del ganado ni de los actuantes salvo el pequeño, pequeñísimo oasis, que nos deparó el cuarto de la tarde pero tampoco para tanto.

De todas formas y antes de hablar un poco de los toreros, diré que particularmente a mí me ha sorprendido que se aplaudiera el arrastre de casi todos los toros, increíble, bueno quizás no tanto si tenemos en cuenta que en los tendidos había gran número de visitantes de domingo y cuando ven anunciados toros de encaste Santa Coloma se les aplaude hasta cuando les sirven un rabo de toro guisado en un restaurante si el camarero les dice que es de un animal de este encaste.

El elegantísimo torero madrileño Uceda Leal, vaya terno lucía, que preciosidad, el sevillano de Gerena Daniel Luque y el cacereño nacido en Torrejoncillo Emilio de Justo fueron los matadores del festejo.

Recibe con el capote al primero de la tarde Uceda Leal sin posibilidad de lucimiento al quedarse el toro muy corto y volviéndose sobre las manos. No pelea mal el toro en el caballo sobre todo en su primera acometida, se le ve justo de fuerza y recortando por el pitón izquierdo. En el tercio de muleta el toro llega a los embroque como adormilado y el diestro madrileño no consigue conectar con los tendidos por la falta de celo del animal, consiguiendo solo algún muletazo suelto sin que Uceda llegue a confiarse del todo. Hace honor el torero a su fama de buen matador y receta una buena estocada para finalizar su labor. Silencio.

El segundo toro de su lote tampoco se deja torear con el capote, pues como el primero, este también embiste con las manos por delante. Mansea en sus encuentros con el varilarguero de turno, pero es en la excelente lidia de Niño de Aravaca donde se descubre que el burel puede servir en el tercio de muleta y así lo interpreta Uceda y brinda al público la faena de muleta. Acude el burel manifestando buena condición y marcando buenos embroques que el matador aprovecha cuando se coloca en el sitio. El temple es el denominador común de la labor muletera del madrileño salpicado con detalles de toreo clásico y muy vertical a pesar de que la faena no tiene una estructura lógica pero si muy vistosa por la elegancia con que el torero ejecuta ciertos pasajes como los muletazos finales por abajo. Otra estocada de ejecución perfecta y aunque el público no se manifestó mucho durante la faena, ahora si saca los pañuelos y el presidente saca también el suyo en lo que a mi juicio es demasiado premio, pero como cada uno amortiza el precio de su entrada como quiere, pues una oreja para Uceda Leal con la consiguiente vuelta al ruedo con el apéndice en la mano.

El segundo toro de la tarde un toro bonito y un tanto despegado del suelo que aprieta para adentro en el recibo capotero de Daniel Luque que es a quien le corresponde su lidia y muerte. En el caballo no hace una pelea de tener en cuenta y tras el segundo puyazo quita por chicuelinas el tercer matador de la tarde en su turno correspondiente para posteriormente en el tercio de banderillas propiciar el que Raúl Caricol y Jesús Arruga lleguen a desmonterarse.

Muleta en mano se va el de Gerena a la cara del toro y aunque tiene embroques muy por abajo no se entrega de mitad de los muletazos en adelante. Luque trata de conducir las embestidas pero siempre colocado al hilo del pitón cosa que se le recrimina constantemente desde los tendidos, no se le ve confiado al torero y aquello se convierte en un toma y daca sin sentido pues si bien ejecuta algunos muletazos de buen trazo, estos están salpicados de otros que dejan mucho que desear hasta el punto que hay más discrepancias que parabienes desde los tendidos. La suerte suprema la realiza Luque con mucho mérito, pues a pesar de que el toro no le deja pasar, consigue enterrar todo el acero en la anatomía del toro un punto desprendida. Silencio para el torero y ovación incomprensible para el toro en el arrastre.

Humillando acude el quinto de la tarde al capote que le ofrece Luque para tratar de pararlo. Un toro estrecho de sienes y de manos cortas pero no acaba de salirse de los vuelos del percal. Pelea con la cara baja en el peto en su primer encuentro con el picador y va algo más de lejos en la segunda ocasión. Lidia casi a la perfección por parte de Raúl Caricol y banderillea con mucha exposición Juan Contreras. En los primeros compases de la muleta que porta el sevillano, el animal va de lejos y muestra el pitón izquierdo como el más potable y con esa mano intenta Daniel Luque elaborar la mayor parte de su faena, pero no se le ve al torero con la frescura de ideas necesarias como para que el público le muestre mucha atención, al contrario, se meten con él, pues hay incluso demasiados enganchones para el temple que a este torero le caracteriza, así que sin estar el torero a gusto ni el público tampoco cambia la espada de ayuda por la acero y de estocada desprendida y trasera acaba con el quinto de La Quinta. Silencio para el torero y de nuevo ovación incomprensible para el toro.

Bonito de hechuras es el primero del lote de Emilio de Justo y con mucho trapío se mire por donde se mire al que el extremeño recibe por verónicas de buena ejecución y ganando terreno rematando con dos medias en los terrenos de fuera. Quita Emilio por chicuelinas, alguna de mano baja después de pasar el toro por un tercio de varas aceptable aunque en la primera ocasión acudiera al relance.

Somete por debajo de Justo al animal en los primeros compases de muleta para continuar sobre la mano derecha consiguiendo pasajes de mucho mando. El toro acusa ese sometimiento y no se emplea desde ese momento teniendo que buscar el matador la colocación constantemente, pero a eso se le añade el que el toro empieza a tener tendencia de irse para los adentros y la faena no alcanza las cotas que parecían al principio. Media estocada en buen sitio y muy agarrada preceden a un recado presidencial para finiquitar al toro con un certero golpe de verduguillo. Silencio y otra ovación para el toro ¿será posible?.

Sale el sexto de la tarde descoordinado de movimientos y perdiendo las manos y al ser protestado por la concurrencia el toro es devuelto a los corrales. En su lugar sale al ruedo el primer sobrero perteneciente a la misma ganadería titular. El sexto bis es un toro largo y fino al que Emilio trata de ayudar en las primeras acometidas haciendo todo a favor del animal. Lidia Morenito de Arles con suavidad y mando.

De rodillas comienza De Justo su labor con la pañosa pero el toro se queda corto y obliga al diestro a levantarse al tercer muletazo. El toro inicia las embestidas con buenos embroques pero le cuesta terminar de pasar, pues se vuelve sobre las manos en la mitad de los muletazos, no acaba de irse nunca y aunque el matador lo intenta por activa y por pasiva aquello tiene visos de no tomar vuelo y alarga demasiado la faena, con el consiguiente problema que eso conlleva a la hora de matar llegando a pinchar hasta tres veces y además el toro vende cara su muerte y se va a los medios donde Emilio de Justo, verduguillo en mano, llega a escuchar dos avisos antes de acertar definitivamente. Silencio.

Decir para finalizar que hoy se homenajeaba a la Real Unión de Criadores de Toros de Lidia al cumplirse 120 años desde su fundación.

Y esto ha sido todo por hoy, mañana descansamos y  el martes más y mejor con la novillada del Conde de Mayalde, eso espero.  

Crónica: Tomás Mata Menchero

Foto: © Alfredo Arévalo (Plaza 1)     

Ficha del Festejo:

Hierro La Quinta - España Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Noveno festejo de la Feria de San Isidro 2025. Lleno de ‘No hay billetes’. Toros de La Quinta.

Uceda Leal, silencio y oreja.  

Daniel Luque, silencio tras aviso y silencio. 

• Emilio de Justo, silencio y silencio tras dos avisos. 

Incidencias: Los banderilleros Raúl Caricol Jesús Arruga se desmonteraron tras parear al segundo. 

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