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Se anunciaba para esta tarde un festival taurino sin picadores que había generado mucha expectación, por estar anunciados en el cartel novillos del legendario hierro de Miura, con Manuel Jesús «El Cid», Eugenio de Mora y el novillero Manuel Casado. El público malagonero acudió en un gran número y lo celebramos, porque el trabajo bien hecho por parte de Anibal Ruiz como responsable de la empresa y del Ayuntamiento de Malagón en forma de promoción del festejo, esta tarde ha tenido su premio, independientemente del resultado artístico final.

He de decir que el hierro de Miura despertó especial interés en los aficionados. Por parte de empresa y Ayuntamiento, siempre se ha dejado claro que el festejo era como siempre un festival taurino sin picadores, como viene siendo habitual en Malagón los últimos años. Pero parece ser que algún sector del público se pensaba que iban a lidiarse en Malagón los toros de Miura de Bilbao, por eso hubo algún tono discordante en algún momento del festejo.

Comenzó el festival con el susto de que el primer novillo de la tarde hizo un intento de saltar al callejón, pero después de este detalle, Eugenio lo intentó centrar en su capote. Con la muleta se paró pronto y el fallo con la espada dejó el premio en una ovación.

En el cuarto, un Miura que por hechuras bien podría haber sido uno de La Quinta, Eugenio ejerció de enfermero. Solo la paciencia, el temple y las muñecas del de Mora, mantuvieron al animal en pie, novillo de muy buena condición pero muy justito de fuerzas. Esta vez la espada funcionó y logró cortar un trofeo.

Manuel Jesús «El Cid» hoy lo disfrutó de principio a fin. El Cid aprovechó la buena condición del segundo Miura y volvió a demostrar lo buen torero que es, con una faena pausada, ligada y con mucha torería, basada fundamentalmente en la mano izquierda que sigue siendo una de las mejores del toreo. Mató de estocada y se le concedieron las dos orejas.

En quinto lugar Manuel intentó sacar lo poco que tenía el novillo, el más deslucido del festejo, pero sin mucha suerte. Brindó este animal al taurino Antonio Alegre «Clavileño», persona muy importante en los comienzos de El Cid por esta provincia cuando era novillero sin caballos. Escuchó una ovación desde el tercio.

Cerraba terna el novillero sevillano Manuel Casado al que se le notó falta de rodaje. Con el capote en ambos novillos no dijo mucho, las banderillas debe dejarlas a un lado y con la muleta mostró más disposición que acierto. Aun así logró gustarse en algunos momentos sueltos. Brindó el sexto novillo a los maestros en forma de admiración y respeto. Cortó una oreja en su primero y dio una vuelta al ruedo por su cuenta en el sexto.

Crónica y galería del festejo ©Manuel del Moral Manzanares

Ficha del festejo

Plaza de toros de Malagón (Ciudad Real) portátil. Tres cuartos de plaza.

Novillos de Miura justos de presencia, variados de capa y de juego desigual, bravo y con clase el segundo, bueno el cuarto pero sin fuerza. Al segundo se le dio la vuelta al ruedo.

Eugenio de Mora, ovación y oreja.

Manuel Jesús «El Cid», dos orejas y ovación.

Manuel Casado, oreja y vuelta al ruedo.