Cargando La Suerte

Todo comenzó con un baile de corrales desde por la mañana donde se reconocieron más de una decena de toros para completar la corrida.

Uno tras otro iban siendo rechazados por los veterinarios de Las Ventas los toros enviados desde el campo charro, como serían los no aprobados, hasta tal punto que la corrida tuvo que completarse con dos toros de Victoriano del Río y gracias a ello pudimos ver a Frenoso que así se llamaba uno de los toros traídos desde Guadalix de la Sierra y que a la postre salvó la tarde y nos sacó del tedio de una tarde que discurría sosa, apática y sin nada reseñable.

También por si acaso esperaba un camión cargado con toros de Daniel Ruiz que tendrán que esperar para otra ocasión pues al final con dos toros de Victoriano fueron suficientes para completar la media docena.

Era la ganadería titular de este festejo la del Puerto de San Lorenzo y La Ventana del Puerto, que a pesar de tener dos hierros diferentes son exactamente lo mismo y que en la pasada temporada llegaron a lidiarse 74 toros en total entre los dos hierros.

La procedencia es muy similar pues desde 1.920 parten del tronco de Conde de la Corte pasando posteriormente por Juan Pedro Domecq y Díez, solo que los del Puerto de San Lorenzo continúan su camino  por el encaste Atanasio Fernández y Lisardo Sánchez y los de La Ventana del Puerto toman la vía de Aldeanueva y El Pilar. Sea como fuere no han hecho honor, los de esta tarde a esos nombres de los que proceden pues a la falta de trapío hay que unir la flojedad que han manifestado durante sus lidias, la falta de celo, sin romper nunca hacia adelante, sin emplearse y con unos movimientos lentos sin tener ganas de embestir e incluso desentendiéndose en muchas ocasiones de los engaños que les ofrecían los toreros como si aquello no fuera con ellos, mansearon todos aunque no tuvieran esa fijación de irse a las tablas como ocurriera en la tarde de ayer con sus vecinos de Valdefresno, aun así todos mansearon de principio a fin.

José María ManzanaresFernando Adrián y Pablo Aguado eran los diestros anunciados en el cartel y los encargados de dar lidia y muerte a los bureles del Puerto de San Lorenzo (1º y 2º), La Ventana del Puerto (4º y 6º) y Victoriano del Río (3º y 5º). 

Le corresponde en primer lugar al alicantino José María Manzanares un toro protestado desde el momento en que pisó el ruedo venteño por su justeza de todo y que muestra ciertos movimientos extraños en los apoyos traseros, al que tras su paso por el caballo Fernando Adrián realiza un buen quite por saltilleras. No tiene malas intenciones el animal y además humilla. Manzanares trata de encelarlo en los primeros compases de su faena ya que el toro mira siempre a las tablas con intención de irse allí. No se le ve muy confiado al alicantino toreando la mayoría de las veces al hilo del pitón, sin conseguir acople alguno, lo que llegan a recriminarle desde cierto sector del tendido. Pasado un tanto de faena le cuesta a Manzanares cuadrarlo para ejecutar la estocada y tiene que realizar esa suerte con el animal muy metido en tablas y con habilidad cobra un espadazo que tumba al toro sin puntilla. Silencio.

El cuarto toro es más cuajado que el primero de su lote pero bastante menos ofensivo de cara y engancha constantemente el capote que le muestra su matador. Mal picado aunque el animal empuja en el peto con la cara abajo, demasiado castigado en varas y aun así tiene buen tranco al acudir a los rehileteros. En la muleta parece tener más ganas de embestir que el torero en torear, colocado siempre fuera, no se le ve a Manzanares con las ganas que uno debe traer a Las Ventas. Se lo pasa sobre ambas manos pero sin acople e incluso se le aprecia poco interés en conseguirlo, como si estuviera aburrido de estar allí, eso si, finaliza con una gran estocada con lo que consigue que el respetable no se manifieste ni a favor ni en contra.

Tres Puertas Grandes tiene ya en su haber el segundo diestro de la tarde, Fernando Adrián al que le corresponde en primer lugar un toro degollado y con cuajo, el de más romana de la corrida al que el madrileño recibe con verónicas muy templadas, salpicadas con alguna verónica de buen trazo, para después darse largos garbeos por el ruedo. El tercio de varas es un simulacro, hasta tal punto que el Presidente no atiende la solicitud del diestro para cambiarlo y obliga a que el toro vaya de nuevo al caballo, lo que supone un nuevo simulacro de la suerte.

Brinda su labor de muleta al Alcalde de Madrid, D. José Luis Martínez Almeida que presenció el festejo desde un burladero del callejón y comienza con unos estatuarios para cambiar el viaje por las espalda y ligarlo con un natural que fue posiblemente lo mejor de toda la faena, ya que el animal no tiene ni raza, ni ritmo y además arranca las embestidas con un movimiento extraño lo que hace que Adrián coja la espada de acero y después de pinchar en dos ocasiones cobre una estocada defectuosa para acabar con el imposible animal. Silencio.

La tarde era aburrida y tediosa hasta que se anuncia la salida del quinto de la tarde de nombre Frenoso perteneciente a la ganadería de Victoriano del Río.

Mi vecino de localidad, Faustino “El Rosco” que reside en Guadalix de la Sierra y conoce bien esa ganadería me dice: “Atento Tomás a este toro que conozco la reata de la que viene y es muy buena, ya un hermano suyo lidiado el día de la alternativa de Alejandro Chicharro en Valencia fue extraordinario” y a fe que acertó de pleno.

El animal no era una belleza, era más bien un cuerpo cilíndrico con patas cortas, veleto y con hondura que desde la salida embiste siempre arrastrando el hocico por el suelo pero sin dar un cabezazo siquiera, lo que se dice en el argot “haciendo el avión”, pero es que de igual manera tiene la cara en el peto del caballo que monta Alberto Sandoval, recibiendo un buen primer puyazo y cumpliendo también en el segundo. Brinda el madrileño al público para iniciar su faena hincado de hinojos cambiando la embestida, para una vez puesto en pie dar una serie con la mano derecha de largo recorrido y con la muleta arrastrando por el suelo. La embestida transmite mucho a los tendidos y la faena sube de tono cada vez más con rotundidad de pases, la plaza es un clamor. Con la mano izquierda el animal baja un poco el ritmo y es en la segunda serie con el estaquillador en la zurda donde consigue acoplarse un poco más y termina otra vez con la diestra, toda vez que el animal va agotándose con la consiguiente falta de celo. Por bernadinas concluye la faena el matador. Gran toro, buena, muy buena faena de Fernando Adrián. La Puerta Grande está en juego cuando se perfila para entrar a matar y pincha, no puede ser, entra de nuevo y deja media estocada, recibe un aviso antes de acabar con Frenoso al tercer intento con el verduguillo. Cabreo monumental del torero y desencanto en los que hoy llenamos la plaza. Todo quedó en una vuelta al ruedo, que lástima.

A Pablo Aguado le está empezando a pasar por estos lares lo que a su paisano y competidor Juan Ortega, que también se le está agotando el crédito por aquí, pero que bien vestido iba.

Con unas velas terroríficas estaba adornado el tercero de la tarde ¡Que miedo daba verlas! Y además astifino hasta decir ¡basta!. Era lo más grande que tenía pues de cuerpo era más bien pequeño. Media verónica es lo mejor del recibo con el percal del diestro sevillano. No hace una pelea digna de ser señalada en varas y además se le pica muy abajo. En banderillas no acaba de colocarse y solo el tercer par de Iván García mereció la pena.

En el tercio de muleta no tiene una embestida clara y engancha el engaño a la salida de los muletazos y aunque trata de componer Aguado la figura, no consigue dar dos muletazos seguidos y es empezar de nuevo cada vez que va el diestro a la cara del toro. El animal empieza a defenderse y así no hay interés  y para colmo al ejecutar la suerte suprema sufre el torero un corte en la mano que se hace con la hoja de la espada al pinchar en primera instancia y sigue pinchando visiblemente mermado por el corte del que se ve salir la sangre, hasta que ya con la espada de cruceta en la mano y tras varios intentos acaba con la vida de su oponente.

Tras pasar por la enfermería sale Pablo Aguado a enfrentarse al sexto de la tarde un toro destartalado, alto largo y grandote al que trata de lucirse con el capote pero que no se lo permiten las embestidas con las manos por delante del animal.

Poca fuerza tiene el toro y además se le castiga en exceso e incluso sale del caballo con la puya enhebrada. 

En el tercio final al toro le cuesta arrancarse y pasar, gira sobre las manos aquello no dice nada y menos aquí en Madrid. Se hace interminables la labor del sevillano que alarga la faena sin explicación pues el toro es carne de desolladero, llega hasta ponerse pesado delante del toro, es más hay un momento en que después de que todo el mundo pensábamos que se iba a por la espada de verdad hace amago de volver a la cara del toro y se le recrimina con fuerza, ante lo cual cambia la espada de ayuda por la de acero y de pinchazo y un solo golpe de descabello acaba su paso por Las Ventas esta tarde no sin que alguien desde el tendido le recriminase las declaraciones que hizo la pasada temporada en esta plaza en las que dijo que en Madrid teníamos que ir acostumbrándonos al medio toro y la gente tiene mucha memoria y así se lo han hecho saber.

Decir por último que antes de deshacer el paseíllo se guardó un emotivo minuto de silencio en memoria de Joselito “El Gallo” fallecido en Talavera de la Reina el día 16 de mayo de 1.920.

Y esto ha sido todo por hoy. Mañana con permiso del señor director de Cargando la Suerte me voy a tomar un día de asuntos propios, diviértanse con la corrida de rejones que yo leeré las crónicas de todos ustedes pero el domingo más y mejor.

Crónica: Tomás Mata Menchero

Foto: © Alfredo Arévalo (Plaza 1)     

Ficha del Festejo:

Hierro de El Puerto de San Lorenzo - EspañaHierro de La Ventana del Puerto - EspañaHierro de Victoriano del Río - EspañaPlaza de toros de Las Ventas, Madrid. Séptimo festejo de la Feria de San Isidro 2025. Lleno de ‘No hay billetes’. Toros del Puerto de San Lorenzo (1º y 2º), La Ventana del Puerto (4º y 6º) y Victoriano del Río.

José María Manzanares; silencio y silencio. 

Fernando Adrián; silencio y vuelta al ruedo tras aviso. 

Pablo Aguado; silencio y silencio. 

Incidencias: Al finalizar el paseíllo, se guardó un minuto de silencio en memoria de Joselito ‘El Gallo’. El banderillero Marcos Prieto se desmonteró tras parear al segundo. 

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