Los Jandilla repartieron dulzura y amargura de forma desigual. Borja Jiménez mantiene intacto su idilio con Madrid al cortar una oreja. Sebastián Castella por fallar a espadas se le escapó lo conseguido con la muleta y José María Manzanares sin opciones de premio.
Con un nuevo cartel de “No hay billetes para el día de hoy” en las taquillas, se ha celebrado hoy el vigesimocuarto festejo del presente ciclo de San Isidro en la plaza de Las Ventas.
A veces resulta chocante que toros que se lidian en el ruedo venteño se protesten de salida por sus hechuras y otros exactamente igual presentados se aplaudan dependiendo del hierro que lleven marcado o la divisa que porten. Tal ha sido el caso de hoy, pues algunos de los toros que se han lidiado pertenecientes a la ganadería de Jandilla, han sido protestados de salida, cuando su presentación variaba muy poco con los que otros días han salido al ruedo. Por ejemplo, comparándolos con los Fuente Ymbro, de estos no se decía ni pío. Pues bien, estos y los otros son prácticamente iguales en lo que a morfología se refiere, no en vano, ambas ganaderías vienen de lo mismo, a saber Conde de la Corte, Juan Pedro y Juan Pedro Domecq Núñez el primer Juan Pedro y Domecq Díez el segundo e incluso los “Fuente Ymbro” son procedentes de los de Jandilla lidiados en el día de hoy por lo tanto el fenotipo apenas varía. Yo creo que se protesta a veces por lo que anteriormente he citado y si me apuran diré que depende también del nombre de los toreros que se vayan a enfrentar a ellos y esa parcialidad no es justa.
A mi parecer la presentación de los siete que han salido por la puerta de toriles, ya que uno ha sido devuelto y sustituido por otro del mismo hierro, han pasado el baremo mínimo exigible para la plaza capitalina. Otra cosa es el juego que han ofrecido, pues de lo que más han adolecido ha sido de fuerza y fondo aunque no todos y en su haber también decir que clase no le ha faltado a alguno, también siendo el cuarto y tercero, por ese orden, los de mejor nota, segundo y primero, también por ese orden los que han aprobado y quinto bis y sexto los que no han llegado a superar la nota mínima. Todo eso a tenor del juego que han ofrecido según mi opinión.
Para tratar de aprovechar la ocasión de torear y lucirse con lo que los Jandilla les pudieran brindar, tres toreros trenzan el paseíllo, el galo de la France Sebastián Castella nacido en Bèziers, el alicantino José María Manzanares y el de Espartinas (Sevilla) Borja Jiménez.
Se hace presente Sebastián Castella con el capote para recibir al primer toro de la tarde, un animal basto de hechuras, de poco cuello del que alguien comenta que con ese cuello tan corto es imposible que humille. Yo pienso que los 580 kg. que mueve , en parte los habrá hecho comiendo pasto y ese tipo de alimentación está en el suelo y si llega ahí ¿por qué no va a poder humillar?. Lo que si se vislumbra es su falta de fuerza que acentúa a salir del segundo encuentro con el piquero, pero acudiendo raudo en banderillas. Cuando Sebastián inicia su labor con la muleta acusa el toro falta de fondo pero se entrega en los cites, lo que permite al francés ejecutar alguna serie con relajo y poso cuando no lo hace de adentro a fuera. La faena no coge altura por la condición del burel y además se alarga demasiado. Estocada de buena ejecución acaba con el toro en tierra tras recibir un aviso. Silencio.
Es el cuarto de la tarde más fino de hechuras que el que liquidó Castella en primer lugar y mete la cara con más claridad por el pitón derecho en las verónicas de recibo. Medido el castigo en varas y bien lidiado por José Chacón, el toro coge ritmo en su embestida cuando Sebastián después de brindar al respetable ejecuta unos estatuarios pasándose el toro muy ajustado. Varias series de mano baja sobre la mano diestra elevan el tono de la faena, el toro tiene clase en sus embestidas, lo que aprovecha el matador toreando al natural de forma muy templada y vaciando las embestidas muy atrás. No tiene que buscar el torero la distancia ideal ya que el toro acepta todo con prontitud tanto de cerca como de lejos. Tan a gusto estaba Castella que recibió un recado presidencial aun teniendo la espada de ayuda en la mano y cuando la cambia por la de verdad coloca medio espadazo en buen sitio pero que necesita dos golpes de descabello para que el toro doble. Ovación y vuelta al ruedo es el premio.
El primer Jandilla del lote de José María Manzanares es el más justito de presentación y de menos expresión de toda la corrida, al que se le da con fuerza en el caballo después de pararlo por verónicas el alicantino. En su turno de quites entra Borja Jiménez para torear por chicuelinas rematadas con una excelente media. Pasado el trámite del tercio de banderillas inicia Manzanares su faena de muleta, el toro da una voltereta tremenda al acudir en los primeros compases con la cara muy baja, pero la dirección de los muletazos no favorece las enclasadas embestidas del animal al ser siempre en dirección perpendicular a las tablas o a los medios y no en paralelo donde el animal lo hace con más claridad. La faena no acaba de conectar con los tendidos pues el alicantino no acaba de acoplarse a la velocidad de las embestidas que con cierta clase le ofrece el toro sobre todo por el pitón izquierdo. Estocada de libro tras un pinchazo previo y toro listo de papeles. Silencio.
El quinto de la tarde sale como una exhalación al ruedo, le llaman desde el burladero del 10 y se estrella de forma tremenda y se daña hasta tal punto que se descoordina siendo incapaz de recuperarse y se devuelve.
En su lugar sale un toro perteneciente al mismo hierro y divisa que el resto de la corrida, un toro basto y largo que tampoco está sobrado de fuerzas lo que demuestra frenándose y arrastrando lo cuartos traseros, se protesta pero el toro se queda en el ruedo. En el caballo se le da fuerte aunque el toro no hace buena pelea y eso mismo pasa en el tercio de banderillas, le cuesta acudir al encuentro con los banderilleros.
Poco cabe esperar del juego que pueda ofrecer el toro en la muleta y así es pues, el animal decide imitar a los toros de Guisando y no se mueve ni aunque lo empujaran, por lo que el torero decide acertadamente acabar con aquello y no martirizar a la concurrencia. De estocada con habilidad acaba el alicantino con el animal que antes de doblar definitivamente prolonga en exceso su derrumbe al amorcillarse y no permitir el uso del verduguillo. Silencio.
Con especial interés se esperaba la actuación del sevillano Borja Jiménez al que le corresponde en primer lugar un toro armónico, fino de hechuras y manos cortas, al que recibe el matador con ramillete de verónicas y colocarlo en suerte para la ejecución del tercio de varas al que acude el animal con prontitud empujando con la cara muy abajo, condición que mantiene durante el segundo tercio.
Firme empieza Borja su faena doblándose por abajo conduciendo la embestida con largura, no sin antes haber brindado a todos los asistentes al festejo. Series con mucha ligazón, temple y medida de muletazos rematando siempre con buenos pases de pecho hacen que los tendidos se metan de lleno en la faena, que alcanza su punto álgido toreando al natural abriendo mucho el compás. Considera Borja Jiménez que ni le falta ni le sobra un pincelazo a su obra y cambia de espada en el momento exacto. La estocada ejecutada al primer intento cae baja, tiene efecto rápido pero está baja y eso seguramente fue lo que al presidente le influyó para que a pesar de pedirle la concesión de las dos orejas por gran parte del público, solo concede una que es quizás el premio justo, pues no es lo mismo una oreja de ley que dos baratas.
Rematado y serio es el último toro de la tarde hoy, al que Borja Jiménez recibe toreando de capote ayudando a las embestidas del burel que no está sobrado de fuerzas. Poco se le pica en el tercio de varas, lo que hace que el animal llegue con cierta alegría a su encuentro con los banderilleros.
En busca de salir por la Puerta Grande inicia con la muleta el torero plantado de hinojos su faena conduciendo de manera muy templada las embestidas del toro, pero es al ponerse en pie y obligar al de Jandilla cuando este se siente podido y cambia de manera radical y tira derrotes a cada paso por la franela. El de Espartinas busca arrancar la oreja que necesita para abrir la puerta que todo torero sueña cuando viene por estos lares, pero el animal no le va a dejar conseguirlo y no pone nada de su parte. Con cara de desilusión cuadra Borja al toro para realizar la suerte suprema y vuelve a caer demasiado baja la espada al primer intento cuando la ejecuta y todo queda en silencio por parte del respetable.
Y esto es lo que ha dado de sí la corrida de esta tarde.
Mañana esperamos pasarlo bien con los toreros y sus tercios de banderillas, ya veremos en qué medida colaborarán los toros de la toledana ganadería del Conde de Mayalde que siempre despiertan interés.
Ya se lo contaré con permiso de Dios.
Crónica: Tomás Mata Menchero
Foto: © Alfredo Arévalo (Plaza 1)
Ficha del Festejo:
Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Vigesimocuarto festejo de la Feria de San Isidro 2025. Lleno de ‘No hay billetes’. Toros de Jandilla.
Sebastián Castella; silencio tras aviso y vuelta al ruedo tras aviso.
José María Manzanares; silencio y silencio.
Borja Jiménez; oreja con fuerte petición de la segunda y silencio.
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