Cargando La Suerte

Toros y toreros hablaron distinto idioma durante toda la tarde, solo el confirmante Alejandro Peñaranda logró chapurrear y entenderse con el sexto del festejo.

Con tres cuartos del aforo cubierto en los tendidos se ha celebrado en el coso capitalino la vigesimotercera corrida del abono isidril.

Ya desde la entrada a la plaza se comentaba en los corrillos de los pasillos, los avatares acontecidos en el día de ayer pero con la duda de lo que podrían dar de sí, en cuanto a juego se refiere, los toros de Lagunajanda enchiquerados y listos para saltar al ruedo a partir de las siete de la tarde.

Es esta una ganadería formada por reses de  procedencia Juan Pedro Domecq Díez y toros de El Torero, siendo estas la continuación de la rama de Juan Pedro Domecq Núñez que parte de la de Conde de la Corte.

La presentación ha sido lo suficientemente justa para poder ser aprobada para su lidia en Las Ventas aunque a algunos de los toros les faltara el remate adecuado. Bien armados en líneas generales, lo que tapaba algunas deficiencias, pues algunos eran una cosa de cuartos delanteros y otra de la mitad del cuerpo hacia atrás.

En cuanto al juego decir que mansearon el líneas generales faltándoles entrega, empuje y fondo a la mayoría de ellos, pero nobles e incluso alguno con algo de clase, poca, pero algo de eso tenían aunque no fuesen aprovechados por los toreros en la medida que se hubiera deseado. ¡Ah! y exageradamente berreones algunos también pero con movilidad, aunque fueran de embestidas informales y casi siempre con la cara alta.

Mejores el primero, segundo y sexto que el resto pero ninguno de los seis hizo buena pelea en varas saliendo alguno huyendo haciendo cabriolas al sentir el hierro.

Dos de los tres matadores de esta tarde hacían su presentación y despedida en el presente ciclo de feria siendo estos, el sevillano de Gerena Manuel Escribano, en su segunda actuación, el de Aguascalientes (México) Joselito Adame y el albaceteño de Iniesta Alejandro Peñaranda que confirmaba alternativa en la tarde de hoy.

Por cierto, ya sé que esto no tiene nada que ver con la Pasarela Cibeles pero vaya vestido que lucía el sevillano, hacía daño a la vista, no gustó a nadie y eso que él es original en estos temas pero lo de hoy chirriaba demasiado.

Acodado de pitones y algo tocado del izquierdo era el serio toro que salió en primer lugar de cuya lidia y muerte se iba a encargar el albaceteño Alejandro Peñaranda que confirmaba como anteriormente he dicho y por lo tanto se alteraba el orden de la lidia.

Humilla cuando acude al capote cuando el diestro se estira en las verónicas de recibo para recibir un picotazo la primera vez que acude al caballo para mejorar en el segundo encuentro. En banderillas tiene buen son el de Lagunajanda. Brinda el matador al respetable después de la protocolaria ceremonia de confirmación de alternativa. Peñaranda aprovecha la movilidad del animal y liga una buena serie de muletazos pero eso es un espejismo pues el toro acusa su falta de fondo al empezar a sentir el daño que una banderilla le ha hecho al haberse clavado profundamente en uno de los huecos causados por un puyazos. No terminan de acoplarse toro y torero, así que busca el matador la forma de llegar a los tendidos pasándose el toro por la espalda, pero la emoción brilla por su ausencia. Pinchazo hondo, casi hasta la mitad del acero y tres golpes de verduguillo necesita el torero para acabar con el burel. Silencio.

Retomado el orden natural de la lidia en la segunda parte del festejo, le corresponde a Alejandro Peñaranda hacerse cargo del animal que sale en sexto lugar, un animal veleto, con un pitón derecho escalofriante y escurrido de carnes.

No apunta tener muchas fuerzas que digamos y además se emplea poco. Pasa el trámite del caballo saliendo suelto del peto y pasa el segundo tercio sin pena ni gloria.

Decidido y firme se muestra el torero de Iniesta en los primeros compases de muleta y construye una faena basada mayoritariamente sobre la mano diestra y ejecutada con temple consiguiendo de esta forma ahormar un tanto las embestidas del toro. Tiene mérito lo que hace el diestro aunque cuando prueba la embestida por el pitón izquierdo no consigue el acople necesario al ser ese pitón el más difícil de dominar porque el toro no responde igual. A pesar de haber cierta petición de oreja por parte del respetable cuando de un espadazo desprendido acaba con el cierraplaza y no ser atendida por el ocupante del palco, el confirmante da una vuelta al ruedo sin que nadie manifieste su desacuerdo.

Es el turno en segundo lugar del festejo de Manuel Escribano con su vestido que de haber sido una tarde soleada, que no lo fue, muchos espectadores habrían echado de menos las gafas de sol si no las hubieran llevado consigo.

Fino de hechuras es el primero del lote de Escribano, un tanto montado y bien armado pero que embiste al capote del torero con las manos por delante. Desmonta al picador en su primera acometida al caballo para después acudir por la retaguardia del equino en la segunda.

El tercio de garapullos es ejecutado por el propio matador de forma poco lucida al no cuadrar nunca en la cara del toro y eso que parte de los asistentes aplauden al de Gerena. Será porque ha clavado los dos rehiletes cada vez, bueno ni eso pues en el tercer par solo coloca uno.

Los enganchones que el toro hace en la muleta ya en el último tercio descomponen las embestidas del animal. Escribano trata de corregir ese defecto pero los derrotes son la constancia a la salida de cada muletazo y eso que cuando el matador baja la mano el toro demuestra cierta clase, pero la faena no toma vuelo y el toro acaba aburriéndose, marca las intenciones de rehuir la pelea buscando querencias y todo queda en un sí pero no. Estocada feísima y en los bajos receta el sevillano en su primer intento de suerte suprema, suena un aviso antes de colocar otra estocada. Silencio para el matador y palmas al toro en el arrastre.

A portagayola se va Manuel Escribano a recibir al que hace cuarto donde ejecuta una larga con gran limpieza a un toro de cuerpo larguísimo que muestra las palas.

Abanto y sin fijeza no permite nada con el capote a su matador. Mansea descaradamente en el tercio de picar al salir de estampida cada vez que siente el hierro de la puya.

De nuevo tercio de banderillas por parte del diestro sevillano siendo el de mayor mérito un par al quiebro muy cerrado en tablas.

Con pases cambiados por la espalda en el centro del ruedo empieza la labor de muleta el torero pero cuando quiere torear sobre la mano derecha el animal mansea y protesta constantemente. Lo intenta el matador, aunque fuera de uno en uno, tratando de colocarse pero eso no llega a ninguno de los asistentes y tampoco le deben gustar al Manuel Escribano los derrotes tan violentos que lanza el animal. Demasiado tiempo está el diestro en la cara del toro para no poder sacar nada positivo y de estocada un tanto desprendida acaba con el de Lagunajanda. Silencio.

Con lances a pies juntos recibe Joselito Adame al cornidelantero y falto de fuerzas que hace tercero de la tarde, debilidad que acusa al salir del primer encuentro con el caballo donde se emplea empujando. Por chicuelinas entra al quite Alejandro Peñaranda en su turno correspondiente.

Brindis a la concurrencia por parte del mexicano para encontrarse en el tercio de muleta con un toro que tiene movilidad pero engañosa y eso que por el pitón diestro manifiesta cierta clasecita pero el diestro no se acopla del todo a pesar de aprovechar las inercias del animal y la labor queda un tanto deslucida. Trata de matar en la suerte de recibir pero pincha y es al tercer intento, siempre colocado a larga distancia cuando cobra un pinchazo en los bajos que necesita del uso del estoque de cruceta para acabar con el toro. Silencio.

Pesada se estaba haciendo la tarde cuando sale el quinto toro de la tarde, un toro hecho cuesta arriba y de poca amplitud de sienes que embiste con las manos por delante en las verónicas que ejecuta el hidrocálido torero. Difícil, muy difícil es picar al toro pues quiere quitarse el palo a toda costa y entre este tercio y el de banderillas ejecuta Adame un quite por chicuelinas alternadas con tafalleras.

Quizás no sea el comienzo de faena el más idóneo al pasar por estatuarios por alto a un toro que hubiera sido mejor llevarlo ayudando al animal templando los muletazos ya que cuando trata de exigir al burel este empieza a descomponer sus acometidas y aquello tiene visos de no ir a mejor, cosa que hace que el público pierda interés en lo que allí está pasando y todo se disuelve como azucarillo en el agua. Lo mejor sin duda, es la ejecución del volapié y la estocada aunque el animal pierde las manos en la reunión. Aviso y silencio para el diestro mexicano de Aguascalientes.

Y hasta aquí lo que puedo contarles de lo acontecido en el día de hoy.

Mañana esperemos que pase algo más interesante que hoy pues no es algo tan complicado y de nuevo estaré para contárselo si Dios quiere.     

Crónica: Tomás Mata Menchero

Foto: © Alfredo Arévalo (Plaza 1)

Ficha del Festejo:

Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Vigesimotercer festejo de la Feria de San Isidro 2025. 17.783 espectadores. Toros de Lagunajanda. Mansos en varas, con movilidad en la muleta, aunque sin entrega. Destacó el bravo segundo, con clase. El sexto tuvo fondo.

• MANUEL ESCRIBANO, silencio tras aviso y silencio. 

• JOSELITO ADAME, silencio y silencio tras aviso. 

 ALEJANDRO PEÑARANDA, que confirma alternativa, silencio tras aviso y vuelta al ruedo. 

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