Los toros seleccionados a modo para la ocasión se dejaron todo lo que tenían dentro en los tercios de varas donde se les pegó fuerte y mal.
Corrida de la Prensa en su 125 Aniversario en la que se dieron cita todos los que cabían en los tendidos de la plaza pues un alfiler que hubiera llegado minutos antes de comenzar el festejo no habría tenido sitio.
El ambiente era de los que solo se ven en las grandes ocasiones ya que el cartel era un reclamo al que no se podía faltar, tanto era así que habían llegado aficionados de todos los lugares del planeta taurino.
Como protagonistas principales seis toros de Garcigrande de encaste Domecq, pero Domecq por los cuatro costados pues a partir del tronco Conde de la Corte todo pasa por Domecq Núñez, Domecq Díez, Salvador Domecq, y Domecq Solís hasta llegar a la ganadería salmantina de Garcigrande propiedad de Domingo Hernández, y he dicho que son los protagonistas principales puesto que, en mi opinión, los toreros son los actores secundarios y necesarios para lucirlos y lucirse siempre que las circunstancias lo permitan.
De la presentación diré que unos la cumplían más que otros pues algunos estaban justitos de remate y pocos podían cautivar por su belleza.
En cuanto al comportamiento, salvar en todo caso el primero y tercero pues el resto pocas opciones ofrecieron para el lucimiento. Si a eso se le añade el excesivo castigo que recibieron cada uno de ellos en sus primeros encuentros con los montados, donde casi todos empujaron con fuerza e incluso con fijeza saliendo muy mermados para el resto de los tercios, pues pocas o nulas posibilidades había de demostrar la tauromaquia que los toreros que formaban la terna atesoran.
El torero sevillano de La Puebla del Río Morante de la Puebla, el pacense Alejandro Talavante y el toledano de Pepino Tomás Rufo fueron los artistas que con su presencia en el cartel hicieron que se colgara de nuevo el “No hay billetes” en las taquillas y los que se encargarían de dar lidia y muerte a los toros de Garcigrande que esperaban para salir al ruedo venteño.
Tal era el ambiente de expectación en los tendidos que antes de dar suelta al primero de la tarde los tres matadores saludaron desde el tercio una cariñosa y fuerte ovación, al no interpretar debidamente que ese detalle que arrancó desde el tendido 7, era únicamente destinado a Alejandro Talavante, ya que es costumbre hacerlo cuando un torero vuelve a pisar esta arena y ha salido por La Puerta Grande en su comparecencia anterior.
Cuando Morante de la Puebla se abre de capa para recibir al primero de la tarde, un toro veleto y con poco cuello y lancea por verónicas, la plaza estalla en olés a pesar de que unas están mucho mejor que otras rematando con una preciosa media. El torero sevillano juega en casa y con todo a favor pero cuando en el tercio de banderillas y preparándose para coger la muleta el toro hace hilo con uno de sus banderilleros en dirección al burladero donde estaba el de La Puebla y este sale a cortar a cuerpo limpio vaso en mano al toro, los tendidos se vuelven locos, es genial e improvisa como nadie por eso es diferente.
La faena de muleta no es que tenga series rotundas completas, pero sus “pingüis”, sus trincherazos, su gracia salpicada con muletazos templados pasándose el toro siempre muy cerca aunque no tenga que cruzarse para provocar las embestidas y sobre todo como lleva cosido al toro en los vuelos de su muleta principalmente con la mano izquierda, hacen de este torero algo muy diferente al resto. La faena es importante, pinturera diría yo, pero especial y llena de una tauromaquia que pocos pueden igualar. Ahora viene la suerte suprema con todo el mundo preparando los pañuelos y entierra el acero en buen sitio pero un tanto perpendicular que no consigue que el toro doble para lo que necesitó el uso del verduguillo hasta en tres ocasiones. Enfervorecida la concurrencia salen los pañuelos al aire de Madrid pidiendo la o las orejas, cualquiera sabe, pero el Presidente no estima oportuna la concesión y todo queda en una rotunda ovación que Morante saluda desde el tercio y aunque podía haber dado la vuelta al ruedo, pienso que en un ataque de soberbia, se niega a hacerlo. Cada cual que piense lo que quiera.
El maestro y diferente al resto de los toreros debió fruncir el ceño cuando vio lo que salió en cuarto lugar pues ya desde el principio mostró su animadversión hacia el colorado, alto y abanto animal, hasta tal punto fue así que el que cargó con el peso de toda la lidia fue Curro Javier e incluso para llevarlo al caballo. El toro no tiene condición y se desentiende de todo lo que hay a su alrededor, así que Morante carga con la espada de verdad desde que coge la muleta y como no es de los que se dan coba, se perfila para entrar a matar ante las protestas generales y cobra un espadazo desprendido y casi entero que tumba al Garcigrande. Unos abroncan, otros aplauden y otros ni lo uno ni lo otro. Es Morante en estilo puro, no hay más.
No ha tenido suerte Alejandro Talavante con el lote que le ha correspondido esta tarde.
Su primero es un toro tan veleto como el primero de la corrida y estrecho de sienes que ni se emplea siquiera y al que a pesar de todo el pacense quita por lucidas verónicas tras el primer paso por el piquero, poco parece tener el animal como para albergar esperanzas, lo que queda de manifiesto cuando trata de hacer faena el torero pacense pues ni lo que hace el toro transmite, ni lo que llega a hacer Talavante tampoco, pues al animal le falta de todo, incluida casta y así no merece la pena seguir delante de semejante burel. Estocada baja, mulillas al ruedo y silencio respetuoso para el de Badajoz.
No iban a mejorar las cosas para Alejandro Talavante en el quinto de la tarde, ya que el de lomo rectilíneo y con seriedad por delante al que el matador lancea a pies juntos y muy templado aprovechando embestidas un tanto enclasadas y embroques aceptables, tras pasar por el picador y el posterior tercio de banderillas no iba a ser de la misma condición y aún menos cuando llegan demasiados enganchones al inicio del tercio de muleta, lo que hace que aflore más genio y violencia en el animal. Siguiendo los pasos de Morante y viendo que aquello no conducía a buen fin, utiliza la espada de acero para recetar una estocada de efecto rapidísimo después de haber pinchado en el primer intento. Silencio.
Es el turno de Tomás Rufo cuando se hace presente el tercer toro de la tarde, un toro que tiene problemas de apoyo como si saliera descoordinado de los toriles y con dos partes muy diferentes en su anatomía, pues los cuartos delanteros parecen de un toro y los traseros de otro, con el que el toledano no puede lucirse con el capote. Se deja pegar en el caballo y le pegan en el primer encuentro, no tanto en el segundo. No se define el animal en el tercio de banderillas y muleta en mano tras solicitar el preceptivo permiso al señor del palco brinda Rufo su labor muletera a la Presidenta de la Comunidad de Madrid que presenció el festejo desde un palco del callejón.
Las embestidas del toro en el tercio de muleta son de toro bravo pero con las imperfecciones de la descoordinación que padecía desde el inicio y así es difícil mantener el ritmo aunque el animal se mueve con cierta agilidad lo que permite a Rufo ciertos pasajes interesantes, siempre y cuando no obligue al toro circunvalar la figura del matador y ya se sabe que torear en línea recta resta mucho interés en los tendidos. Pinchazo de el de Pepino previo a una estocada un punto trasera casi entera que acusa el toro para doblar. Silencio.
Anunciaba la tablilla con 630 kilos que debía desplazar el cierraplaza y con cara de tío, cinqueño como toda la corrida este toro castaño que no colabora de salida para el lucimiento de su matador, saliendo haciéndose el “longuis” al pasar por los engaños. Empuja en el caballo en su segundo paso por ese tercio.
Casi sin probaturas, inicia el matador su labor con la franela y aunque no hay series rotundas de ejecución, sí que de uno en uno consigue muletazos de buen trazo y largos. Mejor con la muleta en la mano izquierda y la figura erguida, pero le falta chispa a la faena y aquello no acaba de despegar, así que, decide cambiar la espada de mentira por la de verdad y fulmina al toro de estocada trasera y caída. Silencio y récord de tiempo en lo que llevamos de feria pues no se habían cumplido más de una hora y tres cuartos desde el inicio cuando ya estamos dirigiéndonos a la calle Alcalá, lo que es de agradecer.
Y esto es lo que ha dado de sí el festejo de hoy.
Mañana espero que sea más y mejor con toros de “El Torero”, más de lo mismo, con la presencia de nuevo de Roca Rey y Diego Urdiales que harán su segundo paseíllo por aquí y una nueva confirmación de alternativa, en este caso de Rafa Serna.
Se lo contaré a ustedes.
Crónica: Tomás Mata Menchero
Foto: © Alfredo Arévalo (Plaza 1)
Ficha del Festejo:
Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Tradicional Corrida de la Prensa. Decimoséptimo festejo de la Feria de San Isidro. Lleno de ‘No hay billetes’. Toros de Garcigrande.
Morante de la Puebla; gran ovación tras petición mayoritaria con aviso y división de opiniones.
Alejandro Talavante; silencio y silencio.
Tomás Rufo; silencio y silencio.
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