Que cosas más extrañas están pasando en Las Ventas, se piden orejas que se dan y cuando se piden y no se conceden ni siquiera se le ovaciona al torero para el que se han pedido.
Que la tauromaquia está derivando a pasos agigantados hacia lo que ya se conoce como tauromaquia moderna es una cosa y que los espectadores, que no aficionados, también reaccionan de forma totalmente diferente a lo que ha sido siempre tradicional es otra y para muestra sirva lo que ha pasado hoy. Petición de un trofeo en el tercer toro de la tarde que rozaba la mayoría y como no ha sido concedida por el Presidente del festejo ha habido un silencio sepulcral en los tendidos después del arrastre del toro, increíble pero cierto, tan es así que no deben extrañarse que en las reseñas de la corrida puedan leer algo como “silencio tras petición” y es que esto está cada vez más raro, raro, raro.
Anunciada para la tarde de hoy estaba la ganadería de El Torero que para no aburrirles con más de lo mismo sirve el mismo árbol genealógico que para lo que ayer les dije de Garcigrande pues es un “corta pega” no solo a partir de lo del Conde de la Corte sino que anteriormente a lo del Conde también, es decir, a la par, e incluso a los toros que se han lidiado hoy casi se le pueden reprochar los mismos defectos y alabar las mismas virtudes que a los de ayer, aunque estas hayan sido justitas; como la presentación, el trapío, la fuerza, la expresión de toro, el remate y algunas cositas más que el Presidente y su equipo de veterinarios han vuelto a pasar por alto.
En cuanto al juego pues tampoco han sido un dechado de entrega, raza y clase en ninguno de los tercios de la lidia, aunque como siempre pasa, unos han ofrecido más posibilidades que otros a los toreros, siendo los que más han sobresalido tercero y quinto, en menor medida cuarto y sexto y por debajo, el primero y segundo.
Al reclamo del cartel del día de hoy se ha vuelto a colocar el cartel de “No hay billetes”.
Los matadores en el día de hoy han sido el diestro riojano de Arnedo Diego Urdiales, el limeño de Perú Roca Rey y el sevillano Rafa Serna que tras casi ocho años desde que tomara la alternativa (24 de septiembre de 2017) confirmaba hoy en Las Ventas.
Estrecho de sienes y hecho cuesta arriba es el primer toro de la tarde al que iba a dar lidia y muerte el confirmante Rafa Serna. Echa las manos por delante en los lances de recibo para que después de pasar por el caballo en su primer encuentro quita el de Sevilla por tafalleras de limpia ejecución. El toro no está sobrado de fuerzas y remolonea demasiado en el segundo tercio.
Tras la ceremonia de confirmación y tras pedir el obligado permiso al Presidente del festejo busca a alguien de los tendidos para brindarle la muerte del toro pero como no lo encuentra brinda al público y por extensión a la persona que buscaba que estaría en la plaza.
Necesita el animal que le ayuden en las embestidas pues cuando quiere repetir claudica de manos. Serna lo intenta pero la condición de su oponente no permite que aquello coja altura pues el toro se viene a menos después de los primeros muletazos destacando al final de su labor una serie de manoletinas muy ajustadas. Matar mató muy bien además marcando los tiempos que se deben ejecutar al realizar la suerte suprema, acabando con el toro de una estocada entera y en buen sitio. Silencio.
A portagayola se va Rafa Serna para recibir al cierraplaza, un toro montado con el pitón izquierdo apuntando arriba y que gracias a los reflejos del torero tirándose al suelo evita que le arrolle pues el burel sale como un tren. Se recompone el torero y ejecuta una serie de extraordinarias verónicas en el mismo platillo del ruedo muy jaleadas, con motivo, por la concurrencia.
Tirar cabezazos es la nota predominante en las acometidas del toro tanto en el peto del caballo del picador de turno como en el tercio de banderillas, defecto que no corrige en el de muleta. No se arruga el ya confirmado y exponiendo muchísimo consigue pasajes de mucho mérito aguantando lo indecible los derrotes que tira el toro, de tal manera que, al dar un pase de pecho para abrochar una serie con la mano zurda, el animal le golpea la cara con el pitón de dentro. El torero ni se inmuta y a base de un gran derroche de valor, se pasa al toro muy cerca en muletazos finales con la mano diestra. La estocada es de ejecución perfecta y aunque está algo desprendida, el toro cae y se pide la oreja para el torero, petición que es atendida desde el palco.
Es turno en el segundo toro de la tarde para el torero más antiguo de la terna, Diego Urdiales, pues el orden lógico se vio alterado por la ceremonia de confirmación del más moderno.
Síntomas de flojedad muestra el toro en los cuartos traseros que no acaba de apoyar bien. El tercio de varas más hubiera valido que no se hiciera pues fue desastroso y no acude a los banderilleros hasta que estos están cerca de su jurisdicción en el segundo tercio.
Poco puede hacer el de Arnedo ante un toro que no acaba de pasar en la muleta y que lo poco que hace es a desgana, así lo entiende también el matador y de pinchazo y estocada habilidosa acaba con el de El Torero. Silencio
El segundo de su lote tiene cierta armonía de hechuras pero pierde las manos cuando Urdiales trata de torear con el capote y que al cumplir empujando para terrenos de adentro en el tercio de varas y pasar el trámite en el de banderillas, Diego Urdiales brinda al público, quiero pensar que como despedida del paso por este San Isidro que por las condiciones que atisbara en el animal.
El toro no tiene clase, ni se entrega en ningún momento y aunque lo intenta a base de ponerle la muleta con ambas manos, aquello se ve a la legua que no puede llegar a buen fin y además hay más enganchones de los deseables y la faena se hace un tanto pesada y larga. Por fin decide Diego finiquitar aquello y de estocada colocada con habilidad y varios defectos de colocación acaba con el toro que parecía tener algo más de lo que se le hizo. Silencio.
Aparecer anunciado Andrés Roca Rey en un cartel y asegurar el llenazo de reventón en cualquier plaza es una apuesta ganadora e inseparable, de momento para regocijo de empresarios, aunque cuando pase por caja ya no les dará tanta alegría.
Sale a la arena de Las Ventas el tercer toro de la tarde, un toro que jamás debió salir aquí, en la primera plaza del mundo, pues su presentación no cumplía los mínimos exigibles para estos lares.
Consciente el peruano de la situación apenas deja que se pique en varas que es un auténtico simulacro. El toro se mueve y además humilla. Se luce Viruta con los garapullos al que se le obliga a desmonterarse.
Rodillas en tierra empieza Roca Rey su faena cambiando en varias ocasiones la trayectoria del animal al pasárselo por la espalda lo que enardece al público, pero la cosa empieza a cambiar cuando las series, tanto de derechazos como de naturales, no tienen el ajuste que deberían tener y parte de los asistentes se lo recriminan. Lo más potable de la labor muletera del limeño lo consigue con la mano izquierda pero la cosa no la entienden igual unos y otros. Una estocada entera dio paso a algo inédito, pues cuando el toro dobla salen muchos pañuelos en los tendidos pidiendo la oreja, el Presidente no la concede y una vez acabado el trabajo del tiro de mulillas, se hace el silencio total. Ni se arranca una ovación ni tampoco se le insta a saludar. No hay quien entienda esto.
Decidido a no irse de vacío en su paso por este ciclo isidril, sale Roca Rey a enfrentarse al quinto toro del festejo, un toro mejor hecho que el anterior de su lote y con otra apariencia aunque flojito también. Picadores y banderilleros salen por ese orden, hacen su trabajito, los primeros se van, los otros se refugian en los burladeros y ya está.
Sosísimo llega el animal al último tercio pero acepta todos los pases que se le quieran dar, pasa y pasa sin aportar nada que emocione hasta que ya avanzada la faena, el toro por arte de “virli virloque” parece cambiar y también el torero. Con la mano muy baja y alargando los viajes del toro consigue Roca Rey los mejores momentos de su actuación y el público se vuelve loco con un circular invertido larguísimo e interminable. Faena muy del torero peruano que unos jalean más y otros entienden menos pero como le funcionó la espada a pesar de caer con cierto desprendimiento, hay petición mayoritaria y el señor Presidente saca el pañuelo accediendo a la solicitud del respetable. Oreja.
Y esto es lo que ha dado a mí entender el festejo del día de hoy.
Mañana viernes vamos a ver cómo le van las cosas al novillero Marco Pérez en su interesante encerrona con la que se despide de Las Ventas antes de pasar al escalafón superior de matadores. Se lo contaré si Dios quiere.
Crónica: Tomás Mata Menchero
Foto: © Alfredo Arévalo (Plaza 1)
Ficha del Festejo:
Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Decimoctavo festejo de la Feria de San Isidro 2025. Lleno de ‘No hay billetes’. Toros de El Torero.
Diego Urdiales; silencio tras aviso y silencio.
Roca Rey, silencio tras petición y oreja.
Rafa Serna; que confirmó alternativa, silencio y oreja.
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