LAS NECESARIAS ESPERANZAS DEL TOREO SE HACEN ILUSIONES EN PUERTOLLANO

Marco Pérez con dos orejas del quinto y Olga Casado con los máximos trofeos del sexto hacen reverdecer los laureles de la afición minera. Lea Vicens no tuvo su tarde con los aceros.

Cierto es, que corriendo de manera vertiginosa el 2.025, la temporada se adentra en ese enorme cráter que conforman los terrenos volcánicos de Sevilla y Madrid, de donde ya se comienzan a ver “las primeras erupciones de lava” que El Toreo volverá a mostrar al resto del mundo.

Y cierto es, que El Toreo está necesitado de “grandes explosiones” en forma de triunfos, de tardes importantes, donde la temperatura traspase las conciencias de aquel que le interese en mayor o menor medida este mundo. Sin ir más lejos, mañana lunes en Sevilla, el mano a mano entre Marco Pérez y Javier Zulueta despierta esa necesaria esperanza que ansiamos convertir en verdadera ilusión. Al igual que hoy en Puertollano, donde las ansias de la ilusión eran el fondo de la cuestión.

Un par de utreros guapos de Virgen María despachó el salmantino Marco Pérez, acompañado en todo momento por los consejos del matador Juan Bautista desde el callejón, así como amparado de manera sensacional por una gran cuadrilla de a pie y de a caballo. El primero anduvo distorsionado en su manera de atacar en los primeros tercios, dificultando los lances de recibo. El sensacional puyazo de Alberto Sandoval pareció comenzar a cambiar las tornas, así como el comportamiento del “tacazo” de Virgen María, pero tras cuatro sometedoras tandas por abajo resolvieron la ecuación pronto, rajándose el animal por la vía rápida. Mal con los aceros y palmas del respetable.

El quinto salió pidiendo tiempos para encelarse, los cuales otorgó con paciencia Marco, para después hilvanar una docena de lances a la verónica con pulso y buen aire. Quitó por Chicuelo aseado y tras la brega como siempre correcta de Rafael González comenzó la faena en terrenos de adentro, por estatuarios, y enlazando esa primera serie con cuatro por abajo de los que pueden hacer rugir cualquier “kiosco”.

El tronco conformado por Marco en su muleta se basó en componer por ambos lados de manera reunida, buscando un temple y un ritmo adecuado para la clase que tuvo como principal argumento, la bravura del animal. Pareció como si en cada trazo de los que consiguió que aquello fuera hasta atrás con belleza, estuviera afilando los colmillos de la ilusión para su inminente compromiso en Sevilla. Al segundo intento recetó un soberbio volapié en el hoyo donde reside La Gloria. Dos peludas para el Torero y vuelta al ruedo para el 33 de Virgen María.

Olga Casado compareció ante su tercer festejo con picadores tras el reciente debut en Olivenza e hizo su presentación en La Mancha para dejar unas sensaciones francamente buenas. Es de Aguilafuente, un pueblecito de 500 habitantes de Segovia, y su oficio de Torero lo adquiere como alumna de la escuela taurina Jose Cubero “Yiyo” de Madrid. Posee buen gesto, es decir, esa expresión corporal tan importante en un arte escénico como pudiéramos describir El Toreo, y donde tan importante es que el físico acompañe hacia una estética y conjunción de movimientos que, sin ellos, la cosa se complica.

Su primero de los dos utreros de Luis Algarra tuvo bondad y dejó que Casado demostrara además de disposición de novillero, valor. Con el capote tiene un margen de mejora obviamente enorme, y lo tiene porque puede tenerlo, y es ahí donde reitero la importancia de la expresión a la hora de querer reunirte con los animales. En la muleta tiene la intención de torear por abajo, con clasicismo y queriendo en todo momento llevárselos atrás, no apuntan en malas direcciones los destellos de la segoviana.

Ante el que cerró plaza tuvo el bonito gesto de brindar a su compañera Lea Vicens una faena que iría de más a más, conectando muy bien con el respetable y llegando a obtener momentos brillantes por ambos lados. De nuevo se fue tras la espada muy derecha, obteniendo los máximos trofeos de una afición que vibró con esta mujer Torero que puede dar mucho que hablar.

La rejoneadora Lea Vicens tuvo una tarde complicada con los aceros en sus dos oponentes de “El Madroñal” los cuales no facilitaron el ritmo necesario para el toreo a caballo, sobre todo el que abrió plaza, agazapado en todo momento en los distintos terrenos que este elegía para pegar oleadas. El cuarto si que permitió algo más a Lea, expresándose con su ya veterano “Bético” o con el guapo “Fermín” pero el reiterado fallo con el acero dejaría su actuación en palmas de consolación del público.

Crónica: Víctor Dorado Prado

Galería fotografica: © M. del Moral

Plaza de Toros de Puertollano. Media entrada. Tarde muy agradable.

Se lidiaron dos novillos para rejones de El Madroñal (1º y 4º) y para la lidia a pie, dos de Luis Algarra (3º y 6º) y dos de Virgen María (2º y 5º). Al quinto con el número 33 se le dio la vuelta al ruedo.

Lea Vicens: Palmas y Palmas

Marco Pérez: Ovación y dos orejas.

Olga Casado: Palmas y dos orejas y rabo.

Actuó de sobresaliente el novillero Raul Cámara.

Marco Pérez y Olga Casado salieron a hombros por la Puerta Grande.

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