Los novillos de Fuente Ymbro y El Freixo escogidos para la ocasión fueron los únicos que no se habían aprendido el guion de la obra.
No seré yo quien tome parte ni a favor ni en contra de los que desde los tendidos, han dividido sus opiniones sobre lo que ha acontecido esta tarde en el ruedo venteño.
La gesta de un torero en ciernes, novillero aún, era para tenerla en cuenta y no llegar a la plaza predispuestos a juzgar la labor del único actuante de la tarde, como si de un figurón del toreo se tratara, aunque sí que hizo el paseíllo como máxima figura del escalafón novilleril y como tal, también se le debía exigir. Más aun, cuando de todos es conocida con que mimo y cuidado se ha llevado su trayectoria desde sus comienzos.
Hoy había que pasar la prueba del algodón y para ello esperaban encerrados en los chiqueros de Las Ventas seis novillos de dos ganaderías diferentes, Fuente Ymbro que de sobra es sabida su procedencia y El Freixo propiedad del maestro recientemente retirado El Juli que formó su ganadería con reses procedentes de Garcigrande y Daniel Ruiz.
Si de un duelo ganadero se hubiera tratado, habría que decir que los de Ricardo Gallardo ganaron, no por mucha diferencia, a los de Julián López.
Con respecto a la presentación del ganado diré que ha habido dos partes diferentes, pues los tres primeros bajaban un tanto con respecto a los tres últimos y en cuanto al comportamiento, me gustaría decir que ya que habían sido seleccionados cuidadosamente para la ocasión, lo podían haber hecho no por apariencia morfológica, sino por nota de los ganaderos en función de las reatas de origen o de la puntuaciones obtenidas por sus madres en los tentaderos que realizan en las ganaderías a las que pertenecían, cosa que a tenor de lo que han ofrecido en el ruedo, a mí personalmente, me hace dudar que haya sido así. Ninguno ha brillado por su bravura y entrega de lo que, si acaso, se han librado el quinto y el sexto, de Fuente Ymbro y El Freixo respectivamente y en ningún caso de forma extraordinaria.
De los pitones mejor no decir nada, que cada uno piense lo que quiera.
La gesta hay que valorarla y no quitarle ningún mérito, lo que pudiera pasar después nadie lo sabía y como reconocimiento a la encerrona que el salmantino Marco Pérez iba a afrontar en esta calurosa tarde madrileña, se le sacó a saludar una cariñosa ovación antes de abrir por primera vez la puerta de los toriles.
De El Freixo es el novillo que abrió plaza. Muy justito de presentación, alto con los cuernos hacia adelante, que no gusta a una parte de los tendidos, con el que Marco Pérez no puede lucirse con el capote y que pasa sin pena ni gloria por los primeros tercios de su lidia.
Se defiende el animalito en las primeras acometidas a la muleta que el novillero le presenta de rodillas en la arena. Firme se muestra Marco toreando sobre la mano derecha, pero sin el ajuste necesario como para que su labor sea interesante de cara a los tendidos. Con la mano izquierda es imposible. Faena corta por las condiciones del novillo y de estocada baja. Después de dos pinchazos previos acaba con él. Silencio.
Más bonito de hechuras es el de Fuente Ymbro que sale en segundo lugar, al que el salmantino recibe por verónicas rematadas en los medios. Acude bronco al caballo derribándole, e incluso lo vuelve a hacer en su segunda acometida, más porque el equino se aflige que por el empuje del novillo.
Le gusta más al animal los terrenos de adentro que los de afuera.
Con la mano abajo comienza Marco su labor con la franela, encajado y obligando al novillo a seguir la muleta hasta el final, componiendo la figura pero sin demasiadas apreturas. Acusa el de Ricardo Gallardo la exigencia que solicita el novillero y reduce drásticamente las intenciones de seguir con interés la muleta, ante lo cual opta el actuante por reducir las distancias para finalizar con unas manoletinas de limpia ejecución. De nuevo vuelve a no viajar la espada de manera acertada en el primer intento pues la media recetada no basta y entra de nuevo a matar para conseguir una estocada que acaba con el animal. Silencio.
Las cosas no parecían rodar demasiado bien cuando salta al ruedo otro pupilo de Fuente Ymbro que hacía tercero. Es este un novillo protestado de nuevo por su poca apariencia, acodado de encornadura al que a pies juntos lancea Marco en su primer contacto con el animal y tras el trámite del tercio de varas realiza el torero un quite por chicuelinas muy cerca de toriles donde el utrero quiere acampar. Tercio de banderillas aceptable al parear Iván García al que hacen desmonterarse.
Desde el centro llama el de salamanca al burel tras brindar su faena al respetable que llenó los tendidos. Se esfuerza el novillero en sacar algo positivo de un animal que no tiene nada de nada dentro excepto mansedumbre y cambia la espada de ayuda por la de acero y de nuevo al segundo intento cobra una estocada de colocación trasera pegado a las tablas que necesita del uso de descabello para acabar con el utrero. Otro silencio más.
Seguramente al ver que las cosas no rodaban favorablemente decide Marco Pérez ir a recibir al cuarto de la tarde a portagayola ejecutando de forma muy limpia la larga cambiada de rodillas. El novillo, en esta ocasión de El Freixo, mansea barbeando las tablas y por más empeño que pone el novillero en lucirse con el capote la cosa no tiene repercusión en los tendidos, que también empiezan a desilusionarse. El de El Juli no baja la cara ni en el peto del caballo ni en el tercio de banderillas.
Por estatuarios comienza la faena de muleta Marco Pérez rematados con un pase del desdén que es un cartel de toros. Intenta corregir el torero el defecto que tiene el novillo de embestir con la cara alta bajando mucho la mano pero, como no le sobra casta, el utrero empieza a perder interés en seguir la muleta, por lo que el matador se mete entre los pitones demostrando que por él no va a quedar.
La espada entra a la primera en esta ocasión pero como el novillo se resiste a doblar sale el pañuelo blanco en el palco en señal de aviso. Dobla el novillo y se pide con poca fuerza la oreja. Todo queda en ovación.
De nuevo cruza el ruedo venteño Marco Pérez para recibir otra vez a portagayola al que hace quinto de la tarde y vuelve a resolver el trance de forma airosa. Es este novillo perteneciente a Fuente Ymbro el más serio de los que han salido hasta el momento y que lancea a pies juntos el novillero en la misma boca de riego rematando con una buena media.
El paso por el caballo precede a un quite por gaoneras muy ajustadas. Brinda de nuevo a la concurrencia Marco y comienza con pases cambiados por la espalda su labor muletera que despiertan el interés de los asistentes. El novillo exige firmeza y poder en el que se pone delante aunque es muy difícil provocar el embroque y desplazarlo hasta el final, quizás sea algo más potable por el pitón izquierdo y es por ahí por donde el novillero demuestra su poder y mando con la mano izquierda por primera vez en toda la tarde, pero en un error de colocación el novillo le descubre y le da una voltereta espectacular, de la que se repone el torero yéndose de nuevo a la cara del de Fuente Ymbro, que vuelve a lanzar por los aires al novillero lo que hace que el público se vuelque con él hasta el punto de silenciar a los que manifestaban su desacuerdo consiguiendo como premio dar una vuelta al ruedo tras errar de nuevo con los aceros.
Por tercera vez consecutiva se va a la puerta de toriles Marco Pérez para recibir al cierraplaza de El Freixo y en esta ocasión pasa por un trance de mucho peligro que de no ser por el quite que le hace Rafael González igual hubiera tenido malas consecuencias.
Tiene poca fuerza el animal pero es noble, además empuja en el tercio de varas lo que merma aún más su ya de por sí justeza de poder.
De rodillas y en los medios comienza su última faena de la tarde el salmantino. El novillo galopa pero no se entrega, pues le falta raza y suele reponer sobre las manos. Tratando de sacar todo lo que pueda tener el de El Freixo intenta el torero pasar al novillo en línea recta pero al colocarse al hilo del pitón la cosa no cala en los desencantados asistentes al festejo y eso que se lo pasa muy cerca.
No se ha dejado en toda la tarde el solitario actuante ni un ápice de esfuerzo ni entrega en el hotel y cuando acaba con el novillo de una estocada desprendida de ejecución casi perfecta es despedido con una larga ovación al atravesar la arena camino del patio de cuadrillas.
Y esto es lo que bajo mi punto de vista ha dado de sí el festejo de esta tarde.
Solo haré una reflexión personal para terminar y es que puede haber un torero para el futuro, Marco Pérez, pero creo que debería ser más él mismo y decidir en función de lo que vea en la cara del toro y no torear tanto al dictado de lo que desde el burladero y el callejón le van diciendo, pues toreando menos para el público y más para él estoy seguro que puede llegar muy lejos en este difícil mundo de la tauromaquia, pues lo tiene todo para poder ser muy importante en esto. Es solo una licencia que me he permitido pero para gustos están hechos los colores.
Mañana corrida de rejones y el señor director de Cargando la Suerte me ha vuelto a conceder un día de asuntos propios.
Hasta el domingo si Dios quiere.
Crónica: Tomás Mata Menchero
Foto: © Alfredo Arévalo (Plaza 1)
Ficha del Festejo:Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Decimonoveno festejo de la Feria de San Isidro 2025. Lleno de ‘No hay billetes’. Novillos de Fuente Ymbro (2º,3º y 5º) y El Freixo (1º, 4º y 6º).
Marco Pérez; -en solitario-, silencio, silencio, silencio, ovación tras petición, vuelta al ruedo tras petición con aviso y silencio.
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