Antonio Ferrera desoreja al cuarto de la tarde después de una faena de inspiración y de sello personal, Sánchez Vara borda el toreo con el capote en el quinto y cuaja una tarde importante y Esaú pierde con la espada un triunfo numérico más grande.

Siempre es un placer volver a Almadén, a su Plaza de Toros donde parece que se pare el tiempo, con esa torería que tienen sus tendidos, sus arcos, ese sabor especial de siglos desde 1752 y que hace que los toreros vengan a ella con una motivación especial. Una tarde en la que el público respondió cubriendo una gran parte de sus tendidos.

Abrió plaza de este hexagonal coso Antonio Ferrera,  con un toro de no muy bonitas hechuras que se metía por dentro y con la cara por las nubes, evidenciando su falta de fuerza desde los primeros compases con el capote. Tras brindar al cielo con un gesto sencillo pero con marcado sentimiento, comenzó su faena con la media altura ya que a poco que bajara la mano el astado perdía las manos. Muy medido, sin exigirle fue subiendo el torero extremeño el diapasón en las últimas templadas series, aguantando las altivas miradas del de Manuel Blázquez. En el epilogo redondeó el trazo de los muletazos con plasticidad. Paseando una oreja tras un pinchazo hondo en la yema y tras ser prendido muy feamente por el bajo vientre cuando descabellaba que le obligo a pasar por la enfermería por un varetazo en la ingle.

Con el cuarto de la tarde comenzó su faena sentado en el estribo para pasar a la composición estética, al dominio del trazo haciéndole las cosas muy bien. Dándole sus espacios, sus tiempos porque el toro tenia nobleza pero no había que agobiarlo mucho. Antonio Ferrera estuvo con estética con encaje de riñones, descolgado de hombros, con profundidad y abandono del cuerpo al natural con delicadeza en los vuelos. Componiendo con ese gusto tan personal y cuajándolo de principio a fin. Pidió a la banda de música que cambiaran de pasodoble y que interpretaran Opera Flamenca y así, con la muleta al hombro, la imaginación y la creatividad hicieron el resto. Disfrutó el torero y el público con él, con este toque de audacia creativa. Para rematar a larga distancia lo citó para entrar a matar   con esa personalísima forma de ejecutar la suerte suprema colocando una estocada en buen sitio que le valió el corte de dos orejas.

Sánchez Vara recibió a su primero con una larga cambiada para ir calentando los tendidos. Tomo los palos e hizo las delicias del público sobre todo con un par al violín. Una lástima que el toro con movilidad y prontitud pero muy poquita entrega suelto y sin celo. Conforme fue avanzando la faena el toro fue haciendo hilo por el pitón derecho y tomando la muleta a regañadientes. Sánchez Vara tiró de oficio, sin agobiarle, con voluntad cortando una oreja tras estocada desprendida.

El quinto de la tarde fue el toro de mejor hechuras y presentación de la tarde que se empleó mucho de salida. Lo cuajó el de Guadalajara con el capote al que lo recibió en el tercio con cuatro largas cambiadas y un ramillete de buenas verónicas. Brindo a Antonio Ferrera, Sánchez Vara que no lo obligo en demasía, poquito a poco por que andaba muy justito de fuerza. Corto a una oreja tras colocar una estocada trasera.

Esaú Fernández aposto fuerte desde el principio, se fue a recibirlo a portagayola a la puerta de toriles y después con una larga cambiada desde el tercio. Brindó su faena a Joaquín Muñoz, la persona que mima y cuida a la Plaza de Toros de Almadén con su mantenimiento, nombrado mayoral de la misma desde 2021. Su faena comenzó también de rodillas, con pasajes por momentos logrados no dejándose nada dentro. Termino metido entre pitones con el toreo de cercanías. Una pena que toda esa entrega no se viera culminada con el acero, por un pinchazo que redujo su premio a una oreja.

El que cerraba el festejo no permitió al sevillano nada más que pegarse un arrimón y arrancarle una oreja por su disposición que le sirvió para acompañar a sus compañeros en la salida a hombros.

Ficha del festejo

Plaza de Toros de Almadén. Tres cuartos de entrada en tarde calurosa. Toros del Manuel Blázquez bien presentados y de desigual juego, mejores tercero, cuarto y quinto que se apagó pronto.

Antonio Ferrera; oreja tras aviso y dos orejas.

Sánchez Vara; oreja en ambos.

Esaú Fernández; oreja y oreja.

Se guardó un minuto de silencio en memoria de Pepe Luis Vázquez Silva, fallecido hoy en Sevilla.

Crónica: Juan Domínguez.

Galería fotográfica: @ Manuel del Moral Manzanares.

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